Freddy Dugarte fue un joven que aprendió a correr al escuchar el sonido de una sirena, al ver las botas de algún funcionario policial o de la antigua y llamada recluta que llevaba a los cuarteles militares a muchos jóvenes que al cumplir los 18 años debieron servir a la patria.
En septiembre de 1985, en el barrio Nuevo Horizonte, Freddy Dugarte fue ejecutado por funcionarios de la Dirección de Servicios de Inteligencia y Prevención (D.I.S.I.P).
Tras no acatar una voz de alto, fue herido levemente, pero entregado muerto posteriormente con un tiro de gracia en la nuca.
Las agrupaciones juveniles del barrio y los grupos cristianos de base se organizaron para apoyar al padre de Freddy en la formulación de la denuncia.
La Red de Apoyo se sumó a la campaña de cartas emprendida por estos grupos y la Comisión de Derechos Humanos de Maryknoll para exigir justicia; también asumió la denuncia de Freddy Dugarte y el acompañamiento a la familia.
Éste fue el primer caso de la organización y a partir de aquí, al constatar la existencia de numerosas situaciones similares a la de Freddy, la Red de Apoyo centró su trabajo en la defensa del derecho a la vida, derecho a la integridad, libertad y seguridad personal e inviolabilidad del hogar.
No queremos otro Freddy Dugarte
La Red de Apoyo por la Justicia y la Paz apoya, acompaña y prioriza el trabajo en los sectores populares porque estos son más del 60 por ciento de la población venezolana que ha sufrido y continúa sufriendo la peor parte de la crisis política, económica y social que afecta al país.
Cuando hablamos de pobres entendemos que éstos no son sólo los que no tienen, sino los que no tienen cómo tener y por estas razones son los más desprotegidos ante una virtual violación de sus derechos.
Son los más vulnerables por su bajo nivel de instrucción, por su dificultad para acceder a los servicios de justicia y por su necesidad de subsistencia.
Y es que si bien cualquier persona puede ser víctima de abusos policiales y militares, son los habitantes de sectores humildes y especialmente los hombres de 14 a 25 años, las víctimas más frecuentes, hecho que es reflejado en el informe elaborado por la Red de Apoyo, con base en los casos que atiende la organización.
Hoy, seguimos viviendo medidas represivas dirigidas a estos sectores, el abuso desmedido y el comportamiento inhumano y degradante de algunos cuerpos policiales y militares en contra de jóvenes de escasos recursos nos hace clamar a diario que casos como el de Freddy no deben repetirse.
Lamentablemente seguimos atendiendo a familiares de víctimas que sus seres queridos han sido ajusticiados, torturados, maltratos o los han detenido arbitrariamente.
El Ministerio Público y los órganos de administración de justicia tienen una responsabilidad con estas víctimas de establecer responsabilidades y reparar el daño.
La familia de Freddy nunca consiguió respuesta del por qué asesinaron a su hijo, mucho menos sanción para los responsables.
El respeto como derecho universal
La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 7 señala que Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley.
Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación entonces exigir algo que te pertenece no debe ser tomado como amenaza o atropello, al contrario es el Estado quien debe garantizar los derechos a todas las ciudadanas y ciudadanos de su país.
El respeto es la consideración de alguien o incluso algo que tiene valor por sí mismo y se establece como reciprocidad, es el reconocimiento del valor propio y de los derechos de los individuos y de la sociedad.
Entender que la verdadera transformación del ser humano, esa con la que soñamos alguna vez en la que el respeto y la tolerancia son valores comunes en la sociedad es solo posible entendiendo que aquellos que se encuentran excluidos también existen y que deben ser los más privilegiados del quehacer político, cultural, social y económico del país.
No debemos negar a quienes pertenecen a otros ámbitos sociales y que día tras día se les violan sus derechos.
Participemos comprometidos en la construcción de un mundo más justo y digno pero entendiendo que debemos tomar en cuenta a los excluidos ya que desde sus necesidades y exigencias concretas, es posible plantear un sistema de plena vigencia de los derechos humanos para todas y todos.
¿Qué hace la Red de Apoyo?
**** La Red de Apoyo es una Asociación Civil, sin fines de lucro, que tiene como objeto promover y defender los derechos humanos en Venezuela, especialmente el derecho a la vida, la libertad personal, la seguridad e integridad personal.
1. Denuncia jurídica y comunitariamente los casos de violación del derecho a la vida, integridad personal, libertad y seguridad personal e inviolabilidad del hogar; porque estamos convencidos y convencidas de que el silencio es parte del problema y que denunciar es una forma de atacar la impunidad.
2. Atiende médica, psicológica y socio pedagógicamente a las víctimas de tortura y a familiares de víctimas de abusos policiales o militares. Para ello, hemos desarrollado un modelo de atención integral que adaptamos a las necesidades de quienes atendemos con el objetivo de lograr su rehabilitación al disminuir las secuelas psicológicas, físicas y sociales de hombres y mujeres víctimas y familiares de víctimas de violaciones a los derechos civiles.
3. Promueve políticas públicas en materia de derechos humanos.
4. Genera procesos de educación en derechos humanos. Desde un enfoque de educación popular trabajamos con organizaciones comunitarias, redes, movimientos sociales, funcionarios y funcionarias de policía, educadores y educadoras, para formarlos y formarlas en derechos humanos y proponerles maneras de incorporarlos en sus labores diarias.
5. Realiza actividades de difusión de los derechos humanos para el ejercicio de una democracia participativa que promueva la dignidad humana. Evidenciamos, a escala nacional e internacional, la situación de violación de los derechos civiles que atiende la Red de Apoyo, los mecanismos de impunidad en Venezuela y las propuestas para su superación. A la par, impulsamos una matriz de opinión que favorezca una cultura democrática, de paz y respeto a los derechos humanos.
La Voz de los Derechos Humanos Red de Apoyo por la Justicia y la Paz
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