Con la llamada Operación Libertad y Protección del Pueblo (OLP), se termina de caer la careta anticapitalista y humanista del Gobierno de Nicolás Maduro. El supuesto combate a grupos paramilitares y otros delincuentes, no ha sido más que un pretexto ideal para reprimir brutalmente a los habitantes de las zonas humildes de Venezuela, y asesinar, torturar y desaparecer numerosos ciudadanos, muchos de ellos con ninguna o poca relación con la delincuencia. Represión que tiene como objetivo controlar y amedrentar a los pobres, quienes obviamente han sido los más afectados por el repunte actual del alto costo de la vida, y por otras situaciones negativas en el marco de la crisis económica y del ejercicio gubernamental plenamente subordinado al gran capital local y foráneo, y para colmo salpicado por la corrupción. Saben bien las autoridades “revolucionarias” que la molestia de millones de venezolanos es cada vez mayor, y es una bomba que de estallar afectaría notablemente a las élites política y económica.
En tal contexto se aprecia claramente el papel del Estado burgués, específicamente su carácter de monopolizador de la violencia legítima en beneficio de los intereses de la minoría adinerada. A estas alturas ya el Gobierno “socialista” difícilmente soporta críticas constructivas, y menos va a tolerar protestas, en especial si son llevadas a cabo por personas humildes, terriblemente perjudicadas por lo que ocurre en el país. Por criticar y denunciar fue desaparecido el luchador anticapitalista Alcedo Mora, activista merideño a quien pasaron factura por sacar a la luz la corrupción en PDVSA, y alertar sobre los vínculos nefastos de la “Revolución” con la burguesía y con grupos poderosos de dudosa legalidad.
Es tan feroz la escalada represiva de los cuerpos policiales y militares en Venezuela, que recientemente fueron desalojados centenares de pobladores del eje panamericano (Caracas), quienes incluso sufrieron el robo de dinero y objetos por parte de algunos funcionarios, según el testimonio de lugareños (http://elimpulso.com/articulo/vecinos-de-la-cota-905-denuncian-irregularidades-en-su-contra):
“28 de julio de 2015.- Los Consejos Comunales y la Comuna «El sueño de un gigante» ubicadas en la carretera panamericana, lugar en el que se realizó un fuerte operativo de la OLP emiten una carta pública dirigida al Presidente Nicolás Maduro Moros con la esperanza que revierta la penosa y dura situación a la que fueron sometidos niños, niñas, mujeres y padres de familia que quedaron a la intemperie sin ropa, enseres ni alimentos después de destruidas sus viviendas.
Acompañan su carta con el video en el que expresan su descontento y pesar: «Comandante en tu cumpleaños un parte de mi parte.
CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE OBRERO NICOLAS MADURO
Por medio de la presente se expresan los acontecimientos y violaciones de los derechos humanos que están sufriendo más de 350 familias en el eje panamericano. Todo inicia la madrugada del 24 de julio de 2015, aproximadamente a las 4 am en los kilómetros 3, 4,5,6 y 7 de autopista Panamericana sentido Los Teques, exactamente los sectores El Bolivariano, El Cují, el Bosque Verde, La Ensenada, donde fueron desplegados más de mil funcionarios de diversos cuerpos de seguridad, Guardia Nacionales, Policía Nacional y SEBIN. Estos efectivos llegaron sin orden judicial o fiscal, atropellando, amedrentando y agrediendo a los habitantes de estos sectores, con el fin de desalojarlos de sus hogares para la demolición. Alegaron que dichos actos eran órdenes presidenciales, con el argumento que eran delincuentes, paramilitares, traficantes de armas, autos robados y posesión de drogas, esto en aplicación del plan de liberación del pueblo (OLP)” http://www.aporrea.org/actualidad/n274776.html
Tras lo mencionado en la cita anterior, cabe preguntarse, ¿cuál ha sido la posición del Defensor del Pueblo respecto a la OLP, y en general ante la escalada represiva? Aunque cueste creerse este personaje, que defiende no se sabe a qué pueblo, ha dado su total apoyo; bueno en realidad no sorprende, pues el organismo al que pertenece forma parte de la institucionalidad al servicio del Statu Quo capitalista en Venezuela, para el que los delincuentes sólo se hallan entre los pobres.
En realidad no hay que darle muchas vueltas al asunto, y es que el Gobierno dizque revolucionario de Maduro está aplicando una estrategia que en el periodo puntofijista se denominaba Plomo al Hampa, ideal no para combatir a los delincuentes sino para controlar y reprimir a las masas (incluido el famoso procedimiento disparar primero y averiguar después). Si en verdad se quisiera luchar contra la delincuencia común y de élite, se tendría que desmontar el Estado burgués, dada la naturaleza delincuencial del capitalismo. El socialismo primero, y el comunismo luego, son los únicos caminos para forjar al hombre nuevo, solidario, respetuoso, pacífico, humano en toda la extensión de la palabra.