En el arranque del “motor minero” el presidente Maduro anunció el acuerdo con la empresa Gold Reserve (GR), la cual obtuvo del Ciadi una indemnización o “premio” de $740,3 millones por la decisión del presidente Chávez de no renovarle la “concesión” (2008) para la explotación de la mina de oro y cobre Las Brisas, por los graves daños ecológicos que ocasionaba
Ahora, el proyecto ampliado Brisas-Las Cristinas será ejecutado por una empresa mixta -55% del estado y 45% GR- con una “inversión” total por el Estado de $2 millardos obtenidos a través de un préstamo gestionado por GR. Con una porción de este se pagará el “premio” que le dio Ciadi a esta, los costos procesales y los datos técnicos de la mina en su poder. El resto será el aporte de capital del Estado. Además, GR controlará la inversión y la gestión porque prestará a la empresa mixta los servicios de procura, ingeniería y construcción del proyecto de la mina de oro “más importante de América Latina y una de las primeras del mundo”, con un potencial de 30 millones de onzas de oro y 1,4 millardos de libras de cobre.
Al terrible impacto ambiental y sociocultural que tendrá esta actividad minera, se agrega que GR está insolvente. Así lo reflejan sus últimos estados financieros al 30 de septiembre de 2015, por tener $47,3 millones en pasivos que triplican sus activos, que apenas llegan a $15 millones. Estuvo suspendida en la bolsa y al borde de la bancarrota. El único proyecto que ha desarrollado en su historia es el de Las Brisas. ¿Con qué aval una pequeña empresa en estas condiciones podría obtener $2 millardos en crédito para la República?
Este y otros proyectos del Arco Minero del Orinoco gozarán del régimen de “zonas especiales”, facilitando la formación de enclaves territoriales justificados ante la necesidad de enfrentar la delincuencia organizada desbordada y la debilidad crónica del Estado en la región. Así, “pacíficamente” comenzaría la recolonización del país sin disparar un tiro. Con la concesión Brisas-Las Cristinas se podría estar iniciando la entrega de nuestra soberanía en el escudo guayanés. Presidente Maduro, todavía está a tiempo para detener este exabrupto.