Una revisión más detallada de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Ciudadana 2009 permite aseverar que las mujeres resultan consistentemente menos involucradas en episodios con uso de armas de fuego, bien como víctimas o bien como victimarias, para la totalidad de los delitos, para el delito de robo y para el conjunto de delitos en los cuales resulta factible la utilización del arma de fuego. El grupo etario mayormente victimizado mediante armas de fuego, para la totalidad delictiva, es el comprendido entre los 45 y 54 años. En cuanto al estrato socioeconómico, los grupos pobres son los más victimizados, seguidos por la clase media baja, luego las clases medias y altas, y finalmente los más pobres. En otros sitios fuera del propio barrio y urbanización tiende a predominar el uso del arma de fuego, mientras la nocturnidad resulta muy asociada al uso del arma de fuego solamente para los delitos con exclusión del robo.

 

Las armas de fuego se utilizan consistentemente con mayor frecuencia contra desconocidos que contra conocidos. El uso del arma de fuego procede, pues, como una forma de allanar el camino, reducir la incertidumbre en el encuentro y potenciar la obtención del resultado delictivo cuando se cuenta con menos posibilidades de manipular una situación conforme al conocimiento de la víctima. La condición de funcionario policial predice, de manera consistente a través de los diversos tipos y agregados de delitos, la mayor utilización del arma de fuego.

 

Una mirada global a la victimización delictiva y las armas de fuego permite distinguir dos grandes grupos: el robo y los restantes hechos punibles. En el primero, las condiciones de comisión son más homogéneas, y el arma de fuego se convierte en un medio usual y útil para dominar a la víctima, independientemente de otras consideraciones. En los restantes delitos, el uso del arma de fuego puede verse condicionado por otros factores que no determinan una situación «de plantilla» o relativamente estructurada, y de allí la mayor variabilidad en su utilización.

 

La Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme debería promocionar la próxima encuesta nacional de victimización hacia mediados de 2012, para consolidar datos demográficos y situacionales que no pueden ser recabados a través de la estadística oficial. Las diversas estrategias y metodologías de investigación pueden ser complementarias, reconociendo fortalezas y debilidades, y procurando la racionalización de la inversión pública, a fin de adelantar planes, programas y proyectos, y evaluar sus resultados. Se recomienda difundir con amplitud y sin restricciones los resultados de los informes y hallazgos que se produzcan con ocasión de su trabajo, promoviendo un espacio abierto para el debate, lo cual contribuirá a crear un clima de transparencia e interés nacional para abordar y enfrentar este problema que contribuye a la violencia social y al incremento de la delincuencia en nuestro país.

 

24.10.11 Correo del Caroní

 

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