Marino AlvaradoComo una demostración de voluntad para atender la problemática de la basura en la ciudad de Caracas, el alcalde Jorge Rodríguez en una audaz pero temeraria declaración pública ofrecida el 1-1-2010 prometió que si no resolvía el problema al 31 de diciembre del presente año renunciaría a su cargo. Todo parece indicar que el municipio Libertador tendrá próximamente un nuevo alcalde.

El compromiso asumido con el pueblo de Caracas debería cumplirlo para dar oportunidad a una nueva gestión pública en la ciudad, pues desafortunadamente la basura le gana la batalla a la Alcaldía.

Ciertamente el alcalde recibió de su antecesor Freddy Bernal una ciudad que se ahogaba en la basura y sin una estrategia bien diseñada de largo plazo para cumplir el propósito de garantizar una ciudad limpia. Para ser justos hay que reconocer que en la gestión de Jorge Rodríguez se han realizado esfuerzos y adoptado algunas medidas. Hay que indicar incluso que la responsabilidad trasciende al alcalde y compromete a la jefa de gobierno del Distrito Capital Jacqueline Farías y al Ministerio del Poder Popular para el Ambiente. En marzo de este año de común acuerdo disolvieron las dos empresas que venían cumpliendo la labor de recolección de los desechos sólidos y crearon una empresa del Estado. A la fecha, las consecuencias positivas de esa medida no se notan y tenemos una ciudad con montones de basura en miles de lugares.

El propio presidente Chávez tuvo que reconocer públicamente que en varias oportunidades ha tenido que disponer de integrantes de la Fuerza Armada para limpiar las cercanías del Palacio de Miraflores.

Si eso ocurre cerca del centro del Poder Político es fácilmente imaginable que ocurre en los barrios y calles de las zonas populares.

Pero tal vez si el alcalde le hubiese dedicado menos tiempo y esfuerzo a cumplir tareas de su partido y se hubiese puesto al frente de la gestión municipal los resultados serían mejores.

No se debe jugar con la paciencia de la gente ni engañarla. Si el alcalde se comprometió a renunciar debe hacerlo. Asumir públicamente un compromiso de esa magnitud sólo para causar impacto es burlarse de los ciudadanos. La renuncia sería un paso, pero el más importante es diseñar una política integral de largo alcance para garantizar una adecuada recolección y disposición de los desechos sólidos tanto los no peligrosos como los peligrosos. Se debe avanzar a una mayor coordinación de esfuerzos y recursos con las otras alcaldías de la Gran Caracas y fortalecer la coordinación tanto con el Ministerio del Ambiente como con el Ministerio de Salud.

Se debe diseñar igualmente una campaña muy intensa y permanente para crear conciencia ciudadana con la finalidad de que colabore disponiendo adecuadamente la basura. Como parte de la campaña incentivar el reciclaje. El país se merece una ciudad capital limpia y agradable para transitar. Dé usted, alcalde, el paso necesario.

Fuente: Tal Cual 15.10.10

MARINO ALVARADO B.
Coordinador General de Provea

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