Gina Rodríguez, esposa de Guillermo Sánchez, asesinado el miércoles 14.03.14 en La Isabelica, Valencia, relató en esta entrevista las circunstancias que rodearon la muerte de su esposo.
La Sra. Rodríguez reponsabiliza a grupos paramilitares afectos al oficialismo como responsables de la muerte de su esposo, y desmiente las versiones oficiales que indicaron que los disparos que acabaron con la vida de Guillermo Sánchez, provinieron de armas accionadas por francotiradores.
«Mi esposo venía de la casa de mi suegra, el estaba pintando. Cuando venían los colectivos tuvo que correr, luego lo interceptaron en unos edificios cercanos a nuestra casa. Un proyectil lo alcanzó y aún así logró escabullirse, pero lo volvieron a agarrar. Me cuentan que le dieron muchas patadas, muchos golpes. Por ninguna parte habían francotiradores, los únicos que dispararon eran esos que venían en las motos, había una cantidad de motorizados que era impresionante.»
Gina Rodríguez comentó que los paramilitares comenzaron a disparar contra quienes realizaban la manifestación en La Isabelica mientras cantaban consignas a favor del Gobierno Nacional. Relató que luego del ataque a su esposo, la Policia Regional del estado Carabobo, lo trasladó a un centro médico cercano al sector.
«El llegó consciente a la clínica, y hasta le dio mi número de teléfono a los médicos. Cuando llegue todavía estaba vivo, los médicos me dijeron que iban a ver su estado porque creían que la bala le había perforado un riñón porque estaba orinando mucha sangre. Hicieron todo lo posible, todo lo que estaba a su alcance, pero no lo pudieron salvar. Ya el mal estaba hecho. No sé qué voy a hacer. Me pregunto por qué tanto odio».
Guillermo Sánchez tenía 42 años, era técnico deportivo del club béisbolistico infantil «Criollitos de Venezuela». Su partida deja huérfanos a tres niños y viuda a la Sra. Gina Rodríguez.
Provea reitera que el Estado venezolano es responsable de violaciones de Derechos Humanos, cuando no es capaz de controlar la actuación de grupos paramilitares que operan al margen de la ley. Hay claras evidencias de la tolerancia y estímulo gubernamental al accionar de estas organizaciones, e incluso el propio primer mandatario nacional ha insistido en convocar a civiles a enfrentar protestas, violando la Constitución Nacional y promoviendo hechos de violencia y posibles violaciones a derechos humanos.
