“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros” Artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Muchas personas dudan de la importancia de este artículo, porque comprueban a diario que los seres humanos somos muy diferentes y que algunos gozan de más derechos que otros.

Y es cierto. Los seres humanos somos muy diferentes. Tenemos diferencias físicas, culturales, de idiomas, de nacionalidades, de género, de opiniones políticas, religiosas, y muchas más. Esas diferencias debemos afirmarlas porque nos enriquecen desde la diversidad.

Por el contrario, también es fácilmente comprobable que los derechos de muchísimas personas se violan a diario en toda la humanidad.

¿Pierde sentido entonces este artículo de la Declaración ? No. Por el contrario, debemos seguir trabajando para afirmar las diferencias que nos enriquecen y para combatir todas aquellas diferencias que quitan derechos a las personas. Porque los importante es reconocer que, a pesar de las diferencias, todos debemos tener la posibilidad de desarrollarnos como personas dignas.

Prensa Provea, 01.04.04.

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