En el primer trimestre del año 2006 en el marco del sexagésimo periodo de Sesiones la Asamblea General de las Naciones se emitió la resolución 60/251 que plantea la creación de un órgano importante en lo que respecta la promoción y defensa de los Derechos Humanos: el Consejo de Derechos Humanos.
Este se crea para reemplazar a la Comisión de Derechos Humanos, la cual si bien hizo grandes aportes a la humanidad como la elaboración de la “Declaración Universal de los Derechos Humanos” sus políticas estaban siendo muy cuestionadas por algunos países. Así pues, ante el desgaste institucional y buscando mantener los avances obtenidos por la Comisión, 170 países votaron a favor de la creación del Consejo de Derechos Humanos el cual figuraría como órgano subsidiario de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Hoy 6 años después, Venezuela resulta electa, con un poco más de 150 votos, para formar parte de este Consejo de Derechos Humanos. Como miembro del joven organismo el Estado venezolano así como los otros 46 Estados miembros deberán avocarse de forma muy especial a “promover el respeto universal por la protección de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de todas las personas, sin distinción de ningún tipo y de manera justa y equitativa”[1] lo cual deberá concretarse en las instancias propuestas desde este organismo en los términos de un “dialogo internacional constructivo y de cooperación a fin de impulsar la promoción y protección de todos los Derechos Humanos…”.[2]
No podemos dejar de señalar lo paradójico que resulta que el mismo año en que el gobierno decide iniciar el proceso de denuncia de la Convención Americana, instrumento clave para alcanzar las justiciabilidad de los Derechos Humanos ante la Corte Interamericana, entremos a formar parte del Consejo de Derechos Humanos. Si bien se trata de dos instancias totalmente distintas por su naturaleza y modus operandi, si tienen algo en común: la búsqueda de la anteriormente mencionada, reiterada y necesaria “promoción y protección de los derechos humanos”.
Quizás es el momento oportuno para que Venezuela se ponga al día con asuntos pendientes relacionados con los Derechos Humanos ya que como parte del Consejo deberá esforzarse para ser un modelo a seguir. Esperemos se empeñe de forma seria y consecuente al seguimiento de las 97 recomendaciones aceptadas por el Estado venezolano en el marco del Examen Periódico Universal, continúe con procesos de ratificación de tratados relativos a Derechos Humanos pendientes como el Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales y finalmente esperemos dé un aporte significativo y transformador de defensa y promoción de Derecho Humanos en este nuevos espacio del que es participe.
Jessica Duhan Botero
