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Una requisa que se transformo en una masacre, y es así como los uniformados de la Guardia Nacional ingresaron en el recinto el viernes a las 9.00 de la mañana. Media hora después, al menos dos mil 200 internos estaban desnudos, acostados boca abajo en el engramado del estadio de fútbol del penal.

Les hicieron la revisión corporal que antecedería a la requisa del penal. Pero no, fue el preámbulo de una “masacre”, como lo calificaron los familiares.

Uno de los internos que pudimos entrevistar, nos dijo, “Nos golpearon y dispararon al aire. Cuando tratábamos de levantarnos o les gritábamos que dejaran de hacer tiros nos daban cachazos y patadas. De pronto comenzaron a dispararnos a nosotros. Ahí comenzó la sangre. Fue como una hora de plomo y bombas. Lanzaron como 50 granadas… Quizás exagere, pero es que fueron muchas las detonaciones. El humo nos asfixiaba”. 

“Allá están apoyándose nuestras madres, hermanas y mujeres. Somos una familia de presos que se apoya”. “A los muertos los colocaron uno encima de otro en el piso de la pista. A las 11.00 de la mañana comenzaron a sacarlos y los llevaron junto con los heridos al Hospital Central Antonio María Pineda y al Hospital Militar”.

Otro interno nos decía: “Necesitamos que el país sepa lo que sucedió en Uribana. Acá hubo una masacre. Es mentira que nosotros les tendimos una trampa”.

Allí murieron 61 internos, 1 Guardia Nacional y 2 visitantes, y más de 100 internos heridos. De esa matazón, todavía no hay responsables, cuando se cuenta no se cree, cuando se expone, no se acuerdan, pero todavía los familiares esperan justicia, preñados de buena fe.

Un diputado, dijo: “No queremos ponernos un plazo, para poder hacer una investigación exhaustiva para determinar lo que realmente sucedió. Vamos a respetar el acuerdo de confidencialidad durante este proceso, pero en lo que tengamos resultados, los daremos a conocer”.

Todavía los familiares están esperando las resultas de las diligencias realizadas, por parte de los representantes del Estado.

La señora María nos decía, “Humberto, esa es otra masacre de esta mal llamada revolución, allí quedan nuestros hijos tirados como unos perros, unos encima de otro, la gestión de esta señora, ha dejado un mar de sangre en los pisos de las cárceles, luego de ese sangriento motín de la cárcel de Uribana aún existen personas que no conocen el paradero de algunos reclusos del penal, mientras persisten las dudas sobre si los organismos que investigan los sucesos podrán esclarecer con exactitud qué ocurrió durante la toma militar del penal y establecer las responsabilidades”.

Estimados lectores como pedir a las autoridades que respeten la vida, si hacen lo que les da la gana con esa población privada de libertad.

ONU culpa al Estado

Para la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, no hay más responsable en la masacre de Uribana que las autoridades venezolanas, “porque son ellas las que deben cuidar del bienestar de los reos”.

Considera que este suceso es un reflejo alarmante de patrón de violencia en las cárceles venezolanas. Dice conocer la lamentable situación de los reos del país criollo, pues sabe los reclusos están totalmente hacinados, “y muchos están encerrados de forma preventiva en espera de juicio durante mucho tiempo”. Por ello, exhorta al Ejecutivo a investigar y sancionar a los culpables.

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