En Venezuela, debido a múltiples factores, en los últimos meses se ha presentado una situación de escasez de productos básicos que obliga a la población a hacer largas colas para adquirir alimentos –donde se presentan muchas veces situaciones de violencia y abusos –y en muchos casos acudir al trueque o a los revendedores.
Maritza Landaeta, coordinadora de Fundación José María Bengoa para la Alimentación y Nutrición, la cual se encargan de Promover y desarrollar estrategias y acciones para mejorar la alimentación y nutrición de los venezolanos, resalta que anteriormente el venezolano encontraba alimentos disponibles prácticamente todos los días todo el año, lo que permitía planificar las compras con mayor tranquilidad. Ahora el consumidor se ha vuelto agresivo en cuanto a su compra, debido a la falta de posibilidad de planificación.
“Una política desequilibrada produce el desabastecimiento del mercado, la ausencia de las divisas y el insumo necesario para llegar a satisfacer la oferta de los alimentos mínimos, lo que ha llevado al 50% de la escasez de los productos básicos venezolanos”, explica Landaeta. La coordinadora de Bengoa señala que el Instituto Nacional de Estadística comunicó que en el año 2014 se redujo hasta la mitad la cantidad de alimentos que las personas están consumiendo, siendo esta una cifra muy preocupante, ya que se concluye que el consumo de calorías promedio se redujo en un 20%, lo que estaría afectando el desarrollo, crecimiento y rendimiento de todos los venezolanos. Los grupos más vulnerables, como niños y niñas, adultos mayores y mujeres embarazadas, sufren más la situación, de hecho, muchas madres venezolanas han señalado que toman como opción rendir la leche para sus hijos mezclándola con harinas de maíz, de espagueti o crema de arroz, aseguró Landaeta.
Anteriormente, las metas nutricionales se calculaban por medio del Concejo Nacional de la Alimentación, lo que permitía planificar la cantidad de importación que necesitaba Venezuela para su consumo de manera estable y organizada en el país, al igual que la cantidad exacta de producción para lograr la meta. Estos estudios que ayudaban a la organización, tanto del país como de los ciudadanos, se realizaron hasta 1998, siendo, posteriormente, sustituidos por una especie de políticas clientelares poco estructuradas que dificultaron las evaluaciones exactas de la necesidad alimentaria.
Landaeta considera que ningún país del mundo es autosuficiente mientras no se fortalezca la producción nacional ni se complemente lo que localmente no se puede producir; asfixiar la producción nacional, bien sea por medio de expropiaciones, restricciones de los insumos o “guerras económicas” solo logra el fracaso económico, social y familiar en Venezuela, dado a que las personas no pueden cumplir sus requerimientos nutricionales correctamente porque no tienen la oferta de alimento de manera adecuada, ni siquiera la mínima cantidad para cumplir la dieta que el cuerpo requiere.
Es un derecho universal
La alimentación es crucial para gozar de buena salud, es por esto que la misma se encuentra reconocida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, como parte del derecho a un nivel de vida adecuado, pues es un deber judicial y estatal el satisfacer plenamente la garantía de seguridad alimentaria, lo que se refiere al acceso y la disponibilidad de los alimentos que conforman una dieta saludable de forma permanente.
Marianella Herrera, coordinadora del Observatorio Venezolano de Salud, comenta que una vida sana, activa y con energía se centra en el consumo de nutrientes y calorías. “Desde que estamos en el vientre materno hay requerimientos de alimentos para que el ser humano se desarrolle adecuadamente; esto consiste en que mientras una madre está embarazada, debe haber un aporte, tanto de nutrientes como de calorías, que son relevantes e indispensables para que ocurra el debido crecimiento y formación”, resalta.
Consecuencias
Herrera agrega que cuando tenemos un déficit en hierro tendremos una afectación en el desarrollo cognitivo, siendo la consecuencia de esta falta, en el caso de niños y niñas, el fracaso escolar, ya que no pueden aprender ni educarse de la manera esperada, debido a que el aporte de calcio en los primeros años de vida es fundamental.
Posibles soluciones
Para la coordinadora del Observatorio Venezolano de la Salud debe plantearse una mirada a corto plazo, que resuelva y produzca confianza para que la población sienta que los productos están disponibles, promoviendo una serie de medidas para que se fortalezca la importación de alimentos necesarios para los anaqueles de Venezuela se abastezcan.
El cambio a largo plazo debe centrarse en que el Estado promueva una serie de medidas partiendo de las económicas, de manera que se pueda implementar y conseguir los insumos necesarios para promover y realizar efectivamente la producción agrícola nacional.
Por su parte, Maritza Landaeta recomienda fortalecer las industrias nacionales y a nuestros productores, facilitando los insumos sin ningún tipo de trabas que puedan frenar el proceso. También considera importante organizar las importaciones para que solo se importe lo que realmente se necesita y en la cantidad adecuada, logrando así la distribución tanto en la red oficial como en la red privada.
De esta manera se podría dar un paso importante para que el Estado respete y garantice de manera eficaz la alimentación de forma suficiente, accesible, estable, duradera y salubre como derecho humano fundamental que implica tanto el presente como el futuro de todos los venezolanos. (Yaridbell Licón, Publicado en Amnistía Internacional)
