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Una sala llena de estudiantes de la Universidad Católica Andrés Bello extensión Guayana (UCAB Guayana) evidenció las expectativas de estos universitarios por conocer más sobre la masacre de Tumeremo. No lo ya publicado ni las incidencias menores, sino el lado de la noticia que nadie ve: el trabajo periodístico tras la cobertura de este hecho que generó conmoción en toda Venezuela.

Para ello, el centro de estudiantes de la Escuela de Comunicación Social invitó a un par de periodistas de Correo del Caroní para que relataran su experiencia: Pableysa Ostos y Germán Dam, periodistas de sucesos de este rotativo, contaron sus testimonios sobre la reportería, el enfoque, la jerarquización y los valores periodísticos que deben imperar en la cobertura de todo hecho noticioso.

Dam fue el encargado de abrir el evento. Una exposición sobre su vivencia demostró la sagacidad periodística que tuvo al decidir, por ejemplo, que irse por el camino de la voz oficial no siempre te lleva a la verdad. “Nos fuimos por el lado contrario a donde estaban haciendo la investigación, y ahí fue donde conseguimos sangre, casquillos, prendas de vestir y pertenencias de los mineros asesinados. Fue ahí donde los mataron”, explicó mediante un video.

Su aclaratoria sobre el hecho, un enfrentamiento entre bandas por el control de la bulla, sirvió para ilustrar a los estudiantes, ya conscientes gracias al discurso de Dam, que este acto igualmente constituye una violación de derechos humanos. “No porque sean malandros no van a tener derechos humanos. Aquí hay una responsabilidad del Estado, que con su silencio se hizo cómplice de esta mortandad”.

Valores periodísticos

La periodista Pableysa Ostos ilustró a los presentes con un conjunto de premisas sobe la masacre: que fueron 17 mineros, y no 28 como se llegó a decir; que no se consiguieron cadáveres mutilados, y que el cuento de una mujer cortada con una motosierra no fue más que un constructo de la imaginación.

Contribuyó a desmitificar la realidad, pero también a decir verdades como la complicidad de los militares que, por acción y omisión, permiten el paso de armas, drogas y equipos para la explotación ilegal de los yacimientos auríferos del Estado; expuso, y la verdad sea dicha, una distribución del pranato de las minas de la entidad, y la importancia del profesionalismo incluso en momentos en los que el dolor por la desgracia ajena afloran con fuerza.

Respondieron a las inquietudes de los estudiantes, pero ante todo destacaron los valores que todo periodista debe llevar en su equipo de trabajo. “Muchachos, no vendan su nombre, no caigan ante el bozal de arepa. Siempre va a haber alguien que quiera que no se publique algo, pero como siempre dice David Natera (presidente-editor de Correo del Caroní) la dignidad no se negocia”, recalcó Dam.

La corroboración de la información es importante. La honestidad ante todo debe prevalecer en el periodista, y más cuando el Gobierno en un principio dijo que era mentira lo de la masacre”, apuntó Ostos.

Al final los estudiantes presentaron sus inquietudes a los periodistas, quienes, a final de cuentas, ratificaron la importancia del periodismo independiente en un contexto de silenciamiento de los medios de comunicación por presiones del Ejecutivo, de la subordinación del interés económico antes que la ética periodística, pero sobre todo, cómo el periodismo es pieza clave para el sistema de derechos humanos y la democracia.

UCAB2

Correo del Caroní

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