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Pablo Zambrano, secretario general de Fetrasalud, cuestionó que por recibir un presupuesto superior al resto del sistema de salud pública del Área Metropolitana, no es posible explicar su mal funcionamiento

La muerte de tres hijos alertó a Catherine Bolívar del padecimiento de estenosis mitral (trastorno que impide que la válvula mitral no pueda abrirse por completo, lo que restringe el flujo de sangre).

Transcurridos tres años de una lucha desigual contra la enfermedad, la caraqueña fue una de las voces que se levantó este 1 de junio para denunciar las pésimas condiciones en las que funciona el Hospital Universitario de la UCV.

Médicos y pacientes protestaron este miércoles frente a la sede del hospital

“Desde 2013 recibo tratamiento de esta enfermedad que transformó mi vida en un ir y venir de esperanzas que nacen y mueren día a día”, comenta Bolívar, quien desde el 15 de enero pasado estableció su lugar de residencia en el recinto hospitalario. “A veces me provoca irme, buscar nuevas esperanzas, pero si me voy, pierdo el cupo para hacerme la operación”.

Al igual que los centenares de pacientes que diariamente son atendidos en el Hospital Universitario, acepta con enojo la ausencia de insumos médicos. Esa carencia de material incidió en que Bolívar postergara en diversas ocasiones la intervención quirúrgica que le proporciones un nuevo sentido a su vida.Además necesita ampollas, gasas y soluciones, entre otros insumos.

La denuncia de la paciente estuvo acompañada por el testimonio de Pablo Zambrano, secretario general de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetrasalud), quien cuestionó el estado de desidia por el que atraviesa el centro médico ubicado en el corazón de la ciudad universitaria. Asegura que a diferencia de las otras quince instituciones que pertenecen al sistema de salud público del Área Metropolitana de Caracas, este centro es responsable de la administración de los recursos asignados por la casa de estudios.

Zambrano alertó sobre el presunto manejo irregular del presupuesto asignado al centro asistencial

Un hospital del área (Metropolitana) necesita entre 25 y 30 millones de bolívares en promedio para su funcionamiento. Estos recursos los asigna el Ministerio de Salud como parte de la centralización”, explica Zambrano, quien advierte que sin embargo, los del Universitario son conducidos por su propio director. “No tiene explicación que estemos así, cuando este centro maneja una partida superior a los 250 millones de bolívares”, detalló.

Los pequeños detalles

Gherzon Casanova es médico residente en el Hospital Universitario. Actualmente realiza un postgrado en medicina interna y este miércoles, junto a otros compañeros, exigió a las autoridades del centro asistencial condiciones mínimas para poder seguir laborando. Asegura que con el pasar del tiempo el deterioro de la estructura es gradual. Sostiene que 2016 ha sido un año terrible para la institución.

«A pesar de ser un hospital tipo 4, estamos operando como un ambulatorio. Trabajamos con los mínimos recursos», comparó. «No es posible que los pacientes se vena en la obligación de recurrir a clínicas privadas o un CDI para realizarse los exámenes que aquí deberíamos brindar sin mayores complicaciones».

Casanova comenta que le faltan los dedos de las manos para enumerar todos los males que afectan al hospital. Hace hincapié en los pequeños detalles que afectan el trabajo de los galenos y que atentan contra la recuperación de la salud y hasta la vida misma de los pacientes. Argumenta, entre otras cosas, que la paralización de ocho de los diez ascensores retrasa riesgosamente el traslado de los pacientes que requieren intervenciones quirúrgicas.

«Los traslados de los pacientes desde sus habitaciones hasta el quirófano pueden prolongarse hasta una hora. Eso obviamente genera notables retrasos en el cronograma de operaciones«, contó el médico residente.

Resalta adicionalmente la ausencia de reactivos para el tratamiento de las donaciones de sangre. Aunque destaca la asistencia regular de donantes, Casanova alerta que «no cuentan con las facilidades de serología necesarias para comprobar la presencia de anticuerpos en la sangre de los voluntarios».

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