Hisvet Fernández

Atender la despenalización del Aborto en Venezuela es atender  un problema de Salud Pública y una de las deudas que se tiene con las Mujeres Pobres que mueren o quedan mutiladas en prácticas clandestinas de Abortos realizados sin ninguna seguridad y al margen de todas las condiciones de Salud, que por Derecho se merecen. No es del Aborto de lo que mueren o por lo que quedan mutiladas, es por la insalubridad de su ilegalidad. La ilegalidad y la penalización son prácticas que castigan a las Mujeres y  atentan contra sus Derechos Humanos.

La Sociedad Obstétrica y Ginecológica ha señalado que la práctica de los Abortos no disminuye por su penalización y por lo tanto hay que hablar del tema porque más del 16% de las Muertes Maternas en Venezuela son por Abortos Clandestinos, cifra que es un subregistro por la dificultad de acceder a la verdad de la situación al ser clandestinos. Los Estados Zulia, Anzoátegui, Guárico y Lara son los estados de mayores muertes de mujeres por esta causa.

En Venezuela  en 1979 con la publicación del libro En defensa del Aborto en Venezuela de Giovanna Mérola y con la XXXVI Asamblea de la Federación Médica Venezolana de 1981 (cuyo tema fue la situación del Aborto en Venezuela,  impulsado por el Dr. Rosendo Castellanos y por nuestra siempre recordada Elisa Giménez) se inicia la lucha por la despenalización del Aborto.

Hoy más de 30 años después es un tema urgente que aún está pendiente junto a la no discriminación por la preferencia sexual, la seguridad social del ama de casa, el 50-50% con alternabilidad en las listas electorales, la creación de los más de 90 tribunales de violencia necesarios, las Casas de Abrigo como mínimo una por Municipio y otras muchas deudas con las Mujeres venezolanas.

Las miles de Mujeres que mueren por Abortos clandestinos son un peso en la conciencia de las Diputadas salientes de la Asamblea Nacional y una responsabilidad muy seria para lAs entrantes. Los cantos de sirena de quienes no comprenden lo que significa que las Mujeres somos ciudadanas, que tenemos Derechos Humanos y que podemos decidir sobre nuestra vida y por tanto sobre nuestro cuerpo, no pueden parar la reforma al Código Penal que trata sobre la despenalización del aborto y el freno a la mortandad de las Mujeres por esta causa. Esto garantizaría que las mujeres que decidan interrumpir un embarazo no deseado lo puedan hacer en óptimas condiciones de protección a su salud y las que deseen continuarlo también estén protegidas. Falso que todas las mujeres abortarán por gusto ya que hemos demostrado con creces ser quienes hemos cargado con los/as hijas mientras que millones de hombres les han abandonado. Saldemos esta deuda con las Mujeres venezolanas y salgamos del oscurantismo. El estado venezolano es un Estado Laico y el Aborto un problema de Estado y de Mujeres.

Hisvet Fernández

Feminista, Psicóloga Social

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