La abogada e integrante del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), María Elena Sánchez, aseguró que “este penal recibe muchas acusaciones por maltrato. A los internos les queman sus tetillas con yesqueros y cigarrillos, a otros los golpean con palos, y a todos les dan alimentos en mal estado”

“En Yare III denigran a los internos. No tienen acceso al agua potable, les dan comida con gusanos, caen a golpes, están incomunicados y pocos son los presos que tienen la oportunidad de trabajar o estudiar. Además, son torturados por el grupo ERI, quienes les proporcionan fuertes palizas con palos”, contó la abogada María Elena Sánchez, integrante del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP). Según un informe realizado por Provea, “el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores y Justicia diseñó el Proyecto de Humanización del Sistema Carcelario, cuya duración sería de 6 años, iniciado en el 2006 hasta el 2011”. Uno de los penales seleccionado para el proyecto fue Yare III, el cual lleva un año dentro de este programa, pero “tiene muchas denuncias por torturas”. “Los presos señalan que han recibido fuertes maltratos en Yare III, y que estos fueron propiciados por el grupo ERI. Como si fuera poco, la directora actual Nora Valero permite esa situación, la cual ya es un caso público. Lo único que se garantiza dentro de ese penal es que los presos no mueran por un disparo, no hay armas”, aseguró Sánchez. Manifestó que “los muchachos que fueron víctimas del maltrato realizado por los funcionarios del ERI, fueron denunciados por los familiares de los reclusos. Y, nosotros como organización también hicimos el acompañamiento. Ellos todavía no han recibido una respuesta y el hostigamiento persiste, por ello decidieron denunciar la situación ante la prensa”.

“Iremos a huelga”
En una de las conversaciones que el Diario La Voz tuvo con uno de los reclusos, el cual por motivos de su seguridad llamaremos “José”, explicó “tras la huelga ocurrida hace unos 2 meses o un poco más, trasladaron a 40 presos de aquí, a las cárceles de Barinas y San Juan. La mayoría eran líderes”. Contó que “las autoridades se comprometieron diciendo que las cosas iban a cambiar, pero sólo reprimen y no trabajan en el proceso de humanización, fin último de esta cárcel”. Por su parte, la abogada acotó “en Yare III las condiciones de los reclusos son pésimas”. En palabras de la abogada Sánchez, el director que estuvo en la apertura de Yare III tuvo una gestión corta pero de excelente calidad, hasta la “comida era buena”. Al destituirlo y colocar a la nueva directora “todo desmejoró”. “Desconozco que ella tenga una trayectoria en el sistema penitenciario, dicen que es abogada, pero el trato que da a los presos está falto de herramientas de derechos humanos”.

“No dejan entrar comida”
Los presos indicaron que sólo consumen la comida que les traen sus familiares, pero que no pueden llevar al penal ningún tipo de alimento. “El deber ser es que el Estado garantice la comida de los internos, pero no sólo eso, sino el de la salud y educación, ambos contemplados en la Constitución, la Ley de Internados Judiciales, Normas Mínimas de Tratamiento al Interno, entre otros”, puntualizó la OVP. La realidad es que muchos estudios hechos por la OVP dejan ver que el Estado “no garantiza la comida, salud y mucho menos educación”. “En ningún penal la población interna debería cocinar, y el familiar no debería ingresar nada, sino cosas permisibles para compartir allí durante la visita, la verdad es que sistema carcelario está al revés”, dijo Sánchez.

Trabajo versus ocio
Dentro de las cárceles el trabajo es muy poco por no decir “escaso”, ya que lo que “impera es el ocio”. “A pesar de que existe la Caja de Trabajo Penitenciario, la cual tiene que motivar a la población reclusa o poner a su disposición cupos disponibles para trabajar en el área de jardinería, cocina o limpieza, donde reciban un pago justo, no lo hacen”, indicó la OVP. Además, si el preso trata de trabajar, “estos no reciben un pago justo, sino que a cambio de limpiar un piso le dan un cigarro”, por dar un ejemplo, información dada por los internos.

“Murió en un calabozo”
Según informó la abogada del OVP María Elena Sánchez “el pasado miércoles presuntamente amaneció muerto un hombre en los calabozos de la División de Aprehensión del Cicpc con sede en El Rosal” Señaló que “no sabemos cómo ocurrió, quizás se debió al hacinamiento que tienen en el lugar, la falta de aire o de alguna enfermedad. Lo cierto es que los policías no están educados para cuidar a los presos”. Es importante destacar que la División de Aprehensión del Cicpc con sede en El Rosal, no es un reclusorio propiamente, es un lugar para retener a los ciudadanos que luego irán a las cárceles, sin embargo, hasta el momento hay una población de casi 300 detenidos allí.

“Nos torturan”
En un contacto telefónico hecho con “José”, alías ficticio utilizado por seguridad, este recluso de Yare III, contó “aquí hay cuatro torres y somos 160 presos. Estamos medio clasificados, lo bueno es que no tenemos armas, pero sí torturas, nos maltratan y mucho. No queremos que siga la directora actual Nora Valero, por ello pronto iremos a huelga”. “Nos tienen incomunicados. En donde yo estoy contamos sólo con dos teléfonos, nos mantienen encerrados por 12 horas, no podemos hacer ejercicios y los programas de humanización son para unos pocos. Queremos tener una cantina para comprar comida buena. La que nos dan aquí está piche”, aclaró José. Opinó que “a las autoridades les conviene que seamos analfabetas, que no conozcamos las leyes, por eso, les molesta que nosotros denunciemos y que vayamos a las huelgas”. Asimismo, dentro de Yare III los presos que desean estudiar sólo cuentan con la Misión Ribas y clases audiovisuales, pero las reciben una vez a la semana, situación que empeora el 2 por 1 beneficio que ayuda a los reclusos acortar su pena contemplado en la Ley de Redención Judicial de la Pena por el Trabajo y Estudio. (La Voz, 29.10.10)

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