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El país se nos está llenando de dolor, de sufrimiento, de angustia, de violencia, de miedo, de amedrentamiento, de represión y de muerte. Este conflicto va escalando a un ritmo que se hará incontrolable. Le hemos dado carta blanca al enfrentamiento, a la eliminación del contrario, al uso desmedido de la violencia.

Necesitamos parar la violencia, venga de donde venga. Ni violencia para protestar ni violencia para reprimir. No a la violencia de las guarimbas. El derecho a la protesta no justifica métodos violentos, que terminan afectando a la misma comunidad que se pretende defender.

No a la violencia de los grupos militares y policiales. Unos cuerpos policiales y militares modernos se caracterizan por el modo controlado y apegado a la ley y a los DD.HH. del uso de la fuerza y de su autoridad. Vemos con preocupación el uso desmedido de la fuerza para controlar las protestas y barricadas.

No a la violencia de los grupos armados. El apoyo político a una causa, a una ideología o a un proyecto político no justifica el uso de armas por sectores de la población. Muchos menos con la omisión de las fuerzas policiales y militares, en limitar su actuación.

No a la violencia presente en el desconocimiento del otro, en el discurso agresivo y excluyente, en las llamadas a salidas aventureras, en la persecución a periodistas y estudiantes.

NECESITAMOS ENTRAR EN RAZÓN.

Apoyamos las distintas iniciativas de diálogo que partan del reconocimiento del otro, con acuerdos precisos y efectivos para el restablecimiento de la paz.

Apoyamos el llamado del Papa Francisco al cese la violencia y la hostilidad, y que “todo el pueblo venezolano, comenzando por los responsables políticos e institucionales, se una para favorecer la reconciliación nacional a través del perdón mutuo y el diálogo sincero, el respeto por la verdad y la justicia, capaces de hacer frente a cuestiones concretas para el bien común”.

Llamamos a los distintos sectores de la población a ejercer una participación activa por la paz y la justicia. Nosotros, en Fe y Alegría, queremos ser lugar de encuentro de todas las voces y como Movimiento de Educación Popular seguiremos formando ciudadanos comprometidos con la construcción de un país libre de violencia y amante de la paz, donde quepamos todos.

Actuemos prontamente, antes de que la anomia y la violencia se nos hagan incontrolables.

Manuel Aristorena

Director General de Fe y Alegría

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