Es por eso que este lunes, y en atención a más de dos décadas de protesta, una representación de la dirigencia sindical de Guayana acompañó al sindicato del instituto en recordar al Gobierno y al presidente Nicolás Maduro que hace un año firmó un punto de cuenta para pago de deudas y discusión de contrato que aún no se ha hecho efectivo.
El secretario general del sindicato, Elvin Guerra, exigió al presidente que comience de inmediato la negociación contractual acorde con el artículo 91 de la Constitución, que refiere que “todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales”.
“El día viernes pasado recibimos las utilidades, ningún trabajador de Ipostel llegó a 40 mil bolívares, las utilidades de los trabajadores de Ipostel equivalen a una quincena de los trabajadores de las empresas básicas”, comparó.
Y ese sentido, subrayó que “hace un año que el presidente Nicolás Maduro firmó el punto de cuenta. Cumplimos con todo lo que exigió el Ministerio del Trabajo, pero nada que se hace efectivo”, dijo frente a la sede de Ipostel, en Villa Colombia.
Les sorprende, ahora aún más, que se haya ordenado la discusión de contrato marco del sector público (el cual tiene 10 años vencido) y que ampara a más de 2 millones de funcionarios, y se pretenda aducir que no hay fondos para firmar un convenio para 9 mil trabajadores del instituto telegráfico.
Para Guerra la situación del salario equivale a migajas, “y nosotros lo que queremos es igualdad social, lo que pregonaba el comandante Chávez. ¿Dónde está la igualdad?”.
Cuestión de dignidad
El reclamo fue acompañado por el secretario general del sindicato de la antigua Sidetur, Alejandro Álvarez; el vocal del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y Sus Similares (Sutiss), Leonel Grisett; el secretario de reclamo de Sintralcasa, Carlos Galindo; los trabajadores de Sidor Yunis Hernández, César Silva, José Jiménez y el abogado laboralista Edwin Sambrano.
Todos destacaron la importancia de que no haya trabajadores de segunda y de tercera. Galindo mencionó que la Constitución, por ejemplo, fue un instrumento jurídico que el Gobierno promocionó y en ese texto “dice que el salario debe alcanzarle a un trabajador y su entorno familiar para comer, recrearse, vestirse y para dignificar la existencia, y eso no puede ocurrir con 9 mil 600 bolívares”.
El abogado Sambrano invitó a los trabajadores y demás defensores de derechos laborales a condenar el abuso y a reivindicar los derechos de los trabajadores porque es una lucha que tiene que ver con todos nosotros. (Correo del Caroní)