El 14 de septiembre en horas de la noche, efectivos de la Policía del Municipio Sucre del Edo. Miranda, allanaron de manera ilegal la residencia de Richard Granados y Anabelin Hernández, ubicada en el sector La Florencia, comunidad Las Colina de Petare.

Durante la acción ilegal, del domicilio, se extraviaron equipos para mezclar música, dinero en efectivo y, según declaración de testigos, se incautó un arma de fuego.

Al respecto, Granados expresa “nosotros no nos encontramos en la casa, ellos —efectivos policiales— forzaron la ventana, se metieron a la casa, me robaron equipos de música (…), se perdieron 5 mil BsF y según testigos sacaron un escopeta de la casa con unos cartuchos”.

Granados no se explica cómo los funcionarios de la Policía de Sucre no procedieron a buscarlo, agrega, “si sacaron eso de la casa —el arma de fuego— ¿porqué no me fueron a buscar inmediatamente o al día siguiente?”.

Para Granados y Hernández la situación ocurrió como una retaliación por la negativa de dejar su puesto de trabajo en un terreno baldío adyacente a la Universidad Santa María.  La presión para abandonar el lugar viene desde hace seis meses por los compradores de esos terrenos.

Un supuesto caso de violencia de género

El mismo día del allanamiento, pero en horas de la mañana, Granados y Hernández tuvieron un altercado verbal con Wilmer Martínez y Carmen Carolina Hernández, el cual terminó en un enfrentamiento a golpes entre las dos damas.

Tres días después de los incidentes, el 17.09.10, Granados es notificado que tiene dos denuncias por violencia verbal y psicológica contra Carmen Carolina Hernández y Yetzy Rodríguez. La pareja sostiene que tales acusaciones son falsas.

Por otra parte, en la Alcaldía Sucre no quisieron tomar las denuncias de Anabelin Hernández, por las agresiones sufridas durante el altercado con Carmen Carolina Hernández, y el argumento que dieron fue “que no caerían en una guerra de denuncias”.

La pareja de agraviados expresó su preocupación por la integridad física tanto de sus hijos, como la de ellos. Hernández  sostuvo “tenemos  miedo, como ellos conocen personas —los denunciantes— y así como se metieron en la casa, bajen y nos siembren algo o nos agarren a golpes o nos metan presos”.

Prensa Provea, 22.09.10

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