Venezuela figura como el tercer país con la mayor tasa de homicidio juvenil en Latinoamérica, de acuerdo con el informe regional 2013-2014 del PNUD: Seguridad Ciudadana con Rostro Humano.
Según las cifras publicadas en el estudio, tomadas de la Organización Mundial de la Salud, en el país ocurren 64,2 homicidios por cada 100.000 jóvenes.
La tasa de homicidios de jóvenes latinoamericanos es de 70, siendo los hombres las principales víctimas, resalta una investigación realizada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, publicada en el informe.
A Venezuela la antecede El Salvador, con una tasa de 92,3 y Colombia con 73,4. Le sigue Guatemala con 55,4 y Brasil con 51,6.
Venezuela se sitúa en el segundo lugar en cuanto a la percepción de sus habitantes sobre inseguridad y victimización, refleja el comunicado.
En los barrios el porcentaje de personas que se sienten inseguras es de 43,7%. 58% del total de habitantes considera que hay un deterioro en la seguridad. 19,4% de los venezolanos se considera víctima directa de la inseguridad.
Armas de fuego.
Otra de las cifras ofrecidas es la del uso de armas de fuego. Los números en Venezuela tampoco son alentadores en este aspecto pues el porcentaje de homicidios realizados con armas de fuego es de 79,5%; lo que sitúa a la nación en el cuarto lugar, después de Guatemala, Honduras y Colombia.
50% de los robos se realizan con este tipo de armas y posiciona al país en el segundo lugar, solo superado por Honduras y seguido por Colombia.
La principal amenaza a la seguridad, según los ciudadanos venezolanos, son los delincuentes comunes, seguido de las pandillas con una diferencia muy alta. En último lugar se sienten amenazados por el crimen organizado y por el narcotráfico.
En el informe los casos de secuestro arrojan cifras bajas en toda Latinoamérica, sin embargo, Venezuela junto con México, Ecuador y Argentina presentan la mayor victimización por este delito, siendo los más comunes los casos de secuestro express.
“En Venezuela aproximadamente 62% de las víctimas de secuestro no lo denuncian, y en el caso de la extorsión, 73,13% de las víctimas afirman no haberlo denunciado”, señala el informe.
El documento destaca que en cuanto a la corrupción hay una asociación paralela entre países con tasas bajas de delitos y corrupción, y aquellos con altos índices delictivos y de corrupción, como el caso de Venezuela.
Militares en seguridad ciudadana
La participación de los militares en tareas de seguridad ciudadana, como el caso del plan Patria Segura reflejado en el informe, plantea, según el estudio, problemas serios para el desarrollo de una política de seguridad de carácter democrático.
“Dificulta la consolidación de una relación entre gobernantes y militares supeditada al poder civil; su utilización para subsanar las debilidades institucionales de las policías genera un círculo vicioso en el que el remplazo de las policías pospone la adopción de cambios y puede constituirse en una amenaza para garantizar los derechos humanos y la rendición de cuentas frente a los ciudadanos, debido a la jurisdicción específica de las fuerzas armadas bajo fuero militar”, cita el documento.
Destaca que las policías civiles están preparadas y tienen como mandato proteger a la población mediante el uso mínimo de la violencia, mientras que el entrenamiento militar privilegia que se combata y venza al enemigo. (Adriana Chirinos, El Nacional, 13.11.13)