A raíz de los resultados del denominado “Operativo Protección y Liberación del Pueblo”, es importante preguntarnos si su despliegue se corresponde a lo que hace ya una década prometía el proceso de reforma policial, promovido desde el propio gobierno, el cual generó múltiples expectativas. Al respecto, hemos revisado el estudio realizado, en el año 2006, por la Comisión Nacional para la Reforma Policial (CONAREPOL) denominado “Características de la Policía Venezolana” que tenía como objetivo “proporcionar los insumos necesarios para el diseño y propuesta de un nuevo modelo policial”.

Sobre el uso de la fuerza física el informe establece que “los mecanismos de supervisión son francamente escasos, y en el que los funcionarios policiales carecen de claros y estandarizados protocolos de actuación, el recurrir al uso de la fuerza, lejos de ser una actuación excepcional, progresivamente se ha convertido para aquellos en un medio de afirmación de la autoridad”.

Así, en 2005, por cada civil que es lesionado en enfrentamientos con la policía fallecen en iguales condiciones 3 ciudadanos”. La conclusión de Conarepol es “estamos frente a una policía que mata más que hiere, triplicando la cifra de decesos la de lesionados”.

Un segundo elemento tiene es lo que la Conarepol calificaba como “inexistencia de datos confiables y válidos”: “Las cifras difieren según la agencia que la reporte. Así, según se consideren los datos del CICPC, el Ministerio Público Fiscal o las propias policías, existe una alta variabilidad del número de muertes a manos policiales”.

El informe introduce el término de “letalidad policial” para describir el comportamiento de los funcionarios destinado a eliminar y no a neutralizar al presunto delincuente mediante el uso diferenciado y progresivo de la fuerza: “Otro indicador de la letalidad policial es la desproporción entre civiles heridos y muertos. Así, en 2005, por cada civil que es lesionado en enfrentamientos con la policía fallecen en iguales condiciones 3 ciudadanos”. La conclusión de Conarepol es “estamos frente a una policía que mata más que hiere, triplicando la cifra de decesos la de lesionados”. Además, afirman que si a esta situación se añade la desproporción entre bajas policiales y civiles, es decir, que se reporten fallecidos y lesionados del lado de los ciudadanos pero no existan dentro de los funcionarios “permite suponer el encubrimiento de ejecuciones bajo esta figura”.

Crédito: Juan Carlos Neira
Crédito: Juan Carlos Neira

La Conarepol diagnosticó, recordemos en el año 2006, que en el caso de denuncias de violación de derecho a la vida el patrón más frecuente era el de ejecuciones extrajudiciales: “que supone el uso organizado, premeditado y planificado, frecuentemente por parte de un grupo de policías, de la fuerza física letal, con fines de escarnio o castigo extra-judicial”.

¿Por qué los funcionarios policiales hacen un uso excesivo e ilegítimo de la fuerza? La Conarepol establecía varias hipótesis como respuesta: “Deficiencias en el entrenamiento, particularmente en lo referido a medios no letales de coacción y al espectro del uso de la fuerza física, la falta de definiciones normativas claras y aplicables, la inexistencia o funcionamiento irregular de los mecanismos disciplinarios y otras formas de rendición de cuentas, el uso de tácticas policiales agresivas o que favorecen la conflictividad, el uso de armas con alto poder de fuego, la cultura policial machista y que apologiza la violencia, la falta de armas no letales o el pobre entrenamiento en su uso, la impunidad penal, la falta de políticas de seguridad eficientes, la cultura punitiva de la ciudadanía, la existencia de grupos comando y de operaciones especiales, entre otros”.

Descargue el informe “Características de la Policía Venezolana” realizado por la Conarepol en el año 2006 aquí 

 

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