El asesinato de un agente de PoliAragua ha desatado supuestos enfrentamientos con ciudadanos aragüenses. Seis personas aparecieron muertas por posible venganza de miembros del cuerpo.

Jhon Garmendia llevaba dos meses sin visitar a su madre en La Victoria. Se había ido a vivir a Ocumare del Tuy y trabajaba en un puesto de ventas. El pasado sábado 4 de septiembre, por fin decidió ir a casa de su mamá y, en la noche, dos funcionarios de la Policía de Aragua entraron a la fuerza y se llevaron al joven de 23 años de edad.

«Ella peleó para que no se lo llevaran, pero después de golpearla, se lo arrancaron de los brazos.

Su madre sabía que algo no andaba bien», relata Ramón Olivares, tío de Jhon Garmendia.

La mamá no se equivocaba. En la madrugada del día siguiente, fue hallado el cadáver del muchacho en el sector Lomas de Níquel, del municipio Guaicaipuro, en Los Teques, junto al de Yhoandri Andazol, también de 23 años.

De acuerdo con los datos proporcionados por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), Garmendia habría recibido un impacto de bala de un arma de fuego en el cráneo, mientras que Andazol habría presentado tres disparos en distintas partes del cuerpo: frente, cabeza y espalda. Sin embargo, en el callejón, considerado un sitio de liberación, no se hallaron conchas de bala.

POLICÍAS QUE NO SE CANSAN Las investigaciones arrojadas por el Cicpc, las Policías de Miranda y Aragua no descartan que este doble homicidio forme parte de una «venganza policial» de la que ya han sido víctimas otros cuatro jóvenes.

Horas antes de que los efectivos de Poliaragua se llevaran a la fuerza a Jhon Garmendia, un funcionario adscrito a ese cuerpo de seguridad había sido asesinado igualmente en La Victoria y otro había resultado herido.

El policía aragüeño Ítalo Loccy, de 28 años, resultó muerto de tres impactos de bala en el sector 4 de la barriada Las Mercedes cuando, según reportaron las autoridades, se encontraba vestido de civil, un sujeto lo identificó como policía y le disparó.

Carlos Silva, también funcionario de Poliaragua, corrió con mejor suerte: fue alcanzado por uno de los tiros, pero logró escapar. De acuerdo con información suministrada por el diario La Región, su estado de salud es delicado, pues la bala le perforó el pulmón.

«Apenas supieron de la muerte de ese policía, los funcionarios hicieron un operativo en el sector 5 de La Victoria y siguieron a unos muchachos, entre los que estaba mi sobrino. Al día siguiente del asesinato de Jhon, el policía que quedó herido aseguró que ni mi sobrino ni su compañero tenían nada que ver con la muerte del Poliaragua.

Los presuntos delincuentes podrían estar en una zona llamada El Maletero, en La Victoria», explica el tío de Garmendia.

Según añade el periódico mirandino, tras el asesinato del funcionario de Aragua, se habría desplegado un dispositivo de seguridad conformado por efectivos de Poliaragua, la Guardia Nacional y el Cicpc que desató enfrentamientos con ciudadanos de ese estado y que produjo la muerte de cuatro jóvenes.

El número de caídos por este caso podría elevarse a seis en caso de que se confirme que Jhon Garmendia y Yhoandri Andazol fueron también víctimas de la «venganza policial».

Por: Patty Fuentes Gimón

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