Ver el cielo muy lejos, los arboles grandes como gigantes, la vida como un juego… Jugar con tierra sin importar lo sucio que quedará, comer cualquier cantidad de caramelos y ver a otros niños como fuente perenne de amistad, sin dejarse llevar por las primeras impresiones, son algunas de las cosas que caracterizan a los(as) niños(as). En condiciones normales, la mayoría se expresa a través del uso de muchos colores, soles resplandecientes y figuras de una familia feliz, viendo la vida con el prisma de la pureza y los colores del arcoíris, pero lamentablemente esta no es la realidad de muchos niño(as) que la guerra les ha borrado la sonrisa de sus rostros y los colores de sus sueños, convirtiéndolos en refugiados.
El dibujo representa una de las formas de comunicación preferida para cualquier pequeño(a) y les permite plasmar muchas cosas que llevan por dentro. Un simple dibujo es la forma más versátil de entender las situaciones por las que pasan, pues el mundo de los niños(as) es un mundo de colores y dependiendo de las vivencias y del desarrollo que cada uno tenga, representará a través del juego y del dibujo sus emociones, su manera de entender el entorno y la relación con los demás.
En el contacto directo con niños(as) en situación de refugio se pueden apreciar varios elementos característicos, siendo algunos de ellos el poco uso de los colores, ansiedad por lo conocido y desconocido y necesidad de contacto social. Las interpretaciones nunca pueden ser absolutas, pero llaman a la reflexión sobre una situación que sigue siendo invisible para muchos.
El Servicio Jesuita a Refugiados-Venezuela en lo que va de 2010 ha acompañado aproximadamente a 600 niños, niñas y adolescentes en situación de refugio y venezolanos de las comunidades receptoras en el Alto Apure venezolano y el estado Táchira. Mediante el acompañamiento directo ha podido identificar las necesidades específicas de esta población vulnerable entre los más vulnerables y les ha brindado apoyo desde el ámbito psicosocial hasta el legal y pastoral.
En Venezuela se celebra el 18 de Julio el Día del Niño(a), una fecha marcada de festividad y alegría, donde muchos(as) esperarán ansiosos sus regalos y sorpresas mientras otros seguirán en el intento de adaptarse a un nuevo entorno con muchos retos por delante.
La apuesta del SJR-Venezuela es hacia la instauración de una paleta diversa de colores en la vida de todos(as) los(as) niños(as) en situación de refugio en Venezuela, y resalta la importancia del reconocimiento y aplicación por parte del Estado venezolano del Interés Superior del Niño, la No Discriminación, la Supervivencia y el Desarrollo y la Participación, que suponen la garantía efectiva de los derechos humanos de todos los niños, niñas y adolescentes que se encuentren en el territorio nacional, especialmente de aquellos y aquellas que, por vivir diariamente el impacto de un conflicto armado que tiene más de 60 años, vienen sufriendo importantes modificaciones en sus patrones de socialización, interrelación y conducta.
El Día del Niño(a) es una fiesta y un recordatorio de la importancia que tienen los(as) niños(as) en la sociedad y de la corresponsabilidad para asegurarles un desarrollo integral. Es preciso recordar que los(as) niños(as) son sujetos de derecho y que tienen muchas cosas que decirnos, sólo debemos escuchar más allá de los sentidos.
Prensa SJR Venezuela, 16.07.10
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