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Ese lunes 11 de abril los 68 abuelitos que viven en el asilo Fundación La Providencia* y los cerca de 20 trabajadores que allí laboran almorzaron y cenaron arroz blanco, sin ningún acompañante. Fue lo único que pudieron costear. “Pasamos mucho trabajo”, dice la hermana Cointa Medina, directora del asilo. “Comemos lo que encontramos”.

Por la edad no pueden hacer colas para comprar alimentos, y comprarlos bachaqueados cada día es más costoso. Un kilo de harina Pan, de donde salen unas 20 arepas, puede costar hasta Bs 500. Necesitan más de cuatro kilos diarios. El poco jabón que les queda lo utilizan para bañar a los abuelitos, lo que sucede con bastante frecuencia puesto que no cuentan con pañales desechables.

“Hay varios alimentos de los que podemos prescindir. A uno le hace falta tomarse un café, pero podemos vivir así. Sin leche, carne o pollo es más difícil y eso tampoco lo conseguimos, y si lo hacemos, es muy caro”, cuenta Medina.

Afortunadamente ninguno de los ancianos se encuentra grave de salud, pero la misma Medina relata que en algunos casos conseguir medicamentos es un calvario. “Yo me caí y no conseguía las medicinas para tratarme. Las tuve que buscar por las redes sociales“, dice. Aún se ve visiblemente adolorida.

El año pasado tuvieron que trabajar las tuberías para que la llave donde el agua llega con más frecuencia pueda surtir al ancianato. No obstante, han pasado hasta cuatro días sin el líquido.

Medina llegó hace apenas año y medio al asilo, pero cuenta que en tan corto tiempo la situación se ha deteriorado considerablemente, principalmente en los cuatro meses que lleva 2016. Aunque no cobran por sus servicios, manifiestan que varios de los residentes o sus familiares las ayudan económicamente, pero la mayoría con pequeñas cantidades.

Las donaciones siempre han sido de gran ayuda para La Providencia, pero han disminuido considerablemente. Cada vez menos gente los ayuda y los donativos son más pequeños cada día.*

“Yo aun abrigo la esperanza de que todo cambie, de que en nuestro país reine la paz”, dice Medina.

Los privados también sufren

Los ancianatos privados cobran por sus servicios elevadas mensualidades, pero no quedan exentos de sufrir la crisis del país. En el ancianato El Jardín de los Sueños, ubicado en El Paraíso, Caracas, la comida la buscan por toda Venezuela para lograr mantener la dieta de los 24 abuelos que allí viven.

Salvador Hernández, de la institución, asegura que aunque han logrado mantener la calidad y cantidad de la alimentación, sí han tenido que subir los costos puesto que la comida aumenta rápidamente. Las mensualidades en la pensión oscilan entre los Bs 40.000 y los Bs 120.000. “Yo tengo que buscar la comida, así tengo que comprarla bachaqueada”.

Las medicinas corren por cuenta de los familia. “Muchas veces no los traen a tiempo y tenemos que asegurarnos que estén pendientes y los busquen”, dicen Hernández. En la Casa Hogar La Chichi, en El Marqués, optaron por lo mismo. Le dan a los familiares un récipe médico que avala el medicamento o los pañales que necesita el anciano “y ellos sacan copias, se lo distribuyen entre ellos y ven cómo conseguirlo”.

Cuenta Carmencia Torregró, encargada, que algunos platillos han desaparecido del menú de los abuelos. “Les dábamos compota de merienda y ya no se consigue, no tenemos leche condensa para hacerles quesillo, Gatorade ya no podemos darles, leche solo se consigue líquida”.

Para el agua, cuentan con siete tanques que les permiten surtir al asilo, pero deben cuidar el líquido porque no siempre están todos llenos. “Cuando llega agua de la calle aprovechamos para lavar y limpiar”.

En La Chichi los abuelos cuentan con médicos a su disposición y sus tres comidas más una merienda aseguradas, pero mantener a la tercera edad allí es costoso: una habitación compartida allí cuesta Bs 60.000, mientras que una individual se puede alquilar por Bs 160.000.

*Los abuelitos de la Fundación Asilo La Providencia necesitan ayuda. Puede colabora con ellos con alimentos, medicinas o artículos de limpieza. Contacte a las hermanas a través del (0212) 462-6759 o del (0414) 423-2500 o visitelos en en la Av. San Martín, frente a la Maternidad Concepción Palacios.

Efecto Cocuyo

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