La situación de colapso que afronta la Universidad Simón Bolívar es cada día más difícil. Sus comedores dejaron de funcionar hace 2 meses debido a que el Ejecutivo no reconoce a los proveedores la deuda de 180.000 bolívares, que incluye además el servicio de transporte, afirmó Norberto Labrador, ex presidente de la Asociación de Profesores de la casa de estudios.
El profesor de Ciencias de los Materiales indicó: “99% de los estudiantes utiliza el comedor porque no tiene acceso a establecimientos fuera de la zona. Si un estudiante necesita desayunar, almorzar o cenar no puede hacerlo porque el servicio está cada vez es más restringido. El comedor estuvo funcionando de forma intermitente por siete semanas. El servicio se limitó mucho, hay días que sirven algo de proteína, yuca, arroz y vegetales, pero la sopa y las frutas brillan por su ausencia”.
Labrador mencionó la decisión del gobierno de expender el componente proteico a la casa de estudios a través de la Misión Alimentaria a un precio de 360 bolívares. A finales de mayo la universidad recibió varias toneladas de pollo, pero “no despacharon más”.
Con respecto al transporte, señaló lo terrible de la situación debido a que solo cubren las rutas interurbanas de La Paz, Coche, Chacaíto y Baruta. “Los autobuses tienen 40 años y solo hay 14 unidades operativas para atender 13.000 personas, entre estudiantes, profesores, personal obrero y administrativo. Se necesitan 40 autobuses para funcionar óptimamente”, dijo el ex presidente de APUSB.
El panorama se torna incierto por la amenaza del ministro de Educación Universitaria, Jorge Arreaza, de imponer un vicerrector administrativo ajeno a la institución. “Las políticas erradas del gobierno violan la autonomía universitaria. Ellos mantienen paralizadas las elecciones en la casa de estudios desde hace tres años porque cambiaron el esquema, además de eliminar la prueba de ingreso de nuevos estudiantes con el otorgamiento del 100% de cupos”, aseguró.
En cuanto a las becas, Labrador dijo que fueron ajustadas por el Ministerio de Educación Universitaria en 8.000 bolívares, pero los estudiantes continúan recibiendo 2.000 bolívares. “Esas mentiras del gobierno agravan más la situación”, expresó.
Profesores y estudiantes se reunirán hoy en una asamblea general en el auditorio del campus, pues se resisten al reinicio de clases sin comedores. “El objetivo del Ejecutivo es destruir y cerrar las universidades autónomas, además de afectar el proceso de enseñanza y calidad de la educación”, afirmó.
Johanna Valero