Paredes deterioradas, maleza en los alrededores, fallas en el suministro de agua, estructuras sin terminar, falta de camas y medicinas para los pacientes, son algunas de las calamidades que padece el Hospital Psiquiátrico “Dr. José Ortega Durán”, en Naguanagua, estado Carabobo.
Por falta de disponibilidad de camas para internar a los pacientes, estos deben ser inyectados con un calmante cuando asisten a la consulta en el pabellón de emergencia y regresar a sus hogares hasta que haya un lugar para ellos.
Con solo ocho lugares para descansar cuenta el pabellón de emergencias. En camas de hierro con un colchón pueden acostarse los que corren con suerte.
El cuidado de las enfermeras y médicos especializados es lo único que se les garantiza. Los familiares deben llevar las medicinas, la comida y sus artículos de higiene personal. Dependiendo de lo avanzado del padecimiento, los pacientes requieren estar internados por un tiempo en el centro asistencial.
El hospital psiquiátrico de Bárbula depende del Ministerio de Salud y Desarrollo Social y se ubica en la Antigua Colonia Psiquiátrica de Bárbula. Dispone de dos pabellones de 20 camas cada uno para caballeros.
Desde su fundación en el año 1951 como una colonia psiquiátrica, cuenta con una estructura física de 20 pabellones y capacidad para mil 800 camas. Contaba con todas las características propias para funcionar. Esa historia cambió.
Para esa época era una de las mejores colonias de Latinoamérica en atención psiquiátrica. Con el transcurrir de los años fue desmejorando la atención al enfermo mental, por lo cual fue intervenida en 1991 por el Ministerio de Sanidad y Asistencial Social, según información difundida en su blog institucional.
A partir del año 2000, según convenio firmado entre la Universidad de Carabobo y el Instituto Carabobeño para la Salud (Insalud), casi todos los pabellones adscritos al Hospital Psiquiátrico Dr. José Ortega Durán fueron dados en comodato por un lapso de 50 años a la Universidad de Carabobo, quedando reducido a siete pabellones para atender la población de pacientes, alumnos del Psicopedagógico y ubicación del personal administrativo.
A 63 años de haber sido fundado y a 14 de haber firmado un convenio con Insalud, el hospital para personas con discapacidades mentales no cuenta con una infraestructura apta para la atención especializada y tampoco con los insumos necesarios. Los familiares con rostros preocupados aguardan por una solución, sentados en los bancos de hierro pintados de verde en la sala de espera del pabellón de emergencias. (Yuraidith González, Diario El Carabobeño, 01.09.2014)