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El último trasplante renal hecho en J.M. de los Ríos se realizó el 25 de noviembre del año pasado. El servicio de trasplantes llegó a hacer 20 procedimientos anuales, pero la precaria situación del sistema de salud hace que 10 niños se mantengan en la lista de espera, sin saber si cuándo podrán ser atendidos.

No hay tratamiento inmunosupresor; es decir, los medicamentos administrados para regular la respuesta inmunológica y así evitar el rechazo del riñón trasplantado. “Es irresponsable hacer un trasplante así. No podemos garantizar tratar un rechazo“, dijo Belén Arteaga, jefa del servicio de nefrología.

Desde esa fecha, el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel les dijo que no tenían los reactivos necesarios para hacer las pruebas cruzadas, indispensables para saber si el órgano del donador es compatible con el receptor.

Nefrología funciona “regular”, asegura la galeno, porque aunque se las arreglan para tratar a los pacientes que necesitan diálisis (eliminación artificial de las sustancias nocivas o tóxicasde la sangre), no se escapan de la crisis de salud a nivel nacional. “El laboratorio hace ya un año no tiene para hacer los exámenes de equilibrio ácido base ni el de electrolitos séricos“, señaló Leidys Mieres, médico adjunta del servicio.

Tampoco pueden hacer gasometría arterial (análisis de gases en la sangre). Arteaga señaló que este examen es difícil de realizar incluso en laboratorios privados, puesto que no se consiguen los reactivos, y cuando los hay, el precio oscila entre Bs. 3.500 y Bs. 4.000. “A veces, madres me han dicho que no pudieron hacer el examen porque no tenían el dinero“.

Mieres resaltó la gravedad de la situación, puesto que se necesitan los resultados de esa examen para determinar el tratamiento de un niño. Las galenos admitieron sentirse de manos atadas, sin saber cómo tratar a los pequeños.

Los problemas a los que se enfrentan son complejos. En cuanto a diálisis, los más graves son la planta de ósmosis inversa y la escasez de catéteres. La planta es necesaria para filtrar el agua y que adquiera las características necesarias para el tratamiento, evitando que suministre al paciente sustancias dañinas. Necesita mantenimiento cada tres meses.

“Nunca ha habido presupuesto asignado para el mantenimiento preventivo de la planta”, contó Arteaga. Aseguró que cada vez que se acerca la fecha “empieza el vía crucis” de enviar cartas a la dirección y a todos los organismos hasta que uno les facilite el dinero. El último debió hacerse en mayo pero, un mes después, no han recibido respuesta alguna.

Lo catéteres son necesarios para la diálisis de los pequeños. Los catéteres entran al vaso sanguíneo y se usan para para mover sangre del paciente a y desde la máquina de diálisis, para que regrese limpia. Mieres puntualizó que el Seguro Social, encargado de distribuirlos, no les asigna pediátricos.

El año pasado recibieron, por medio de una donación, 28 catéteres. Ya no les queda ninguno. Necesitan de las medidas 8×12, 8×15 y 8×18. Por la falta de catéteres, tres de los 37 pacientes no están recibiendo su tratamiento.

Juan de Dios en la sala de computación del hospital
Juan de Dios en la sala de computación del hospital

Uno de los niños dializados es Juan de Dios Echenique, de siete años y oriundo de Barlovento. Tiene insuficiencia renalen etapa 5 y desde hace cuatro años se dializa. Su condición también le provoca ataques de epilepsia y crisis de ausencia (un tipo de convulsión generalizada que se caracteriza por breves episodios de alteración del estado de conciencia). Su madre, Yuly Echenique, describe que su situación es horrible.

Aunque su niño recibe el tratamiento, los medicamentos necesarios se dificultan. Consume Valpron (antiepiléptico) y Clonazepam para sus convulsiones, y en ocasiones ha tenido que parar su tratamiento por no conseguirlos. En abril pasó dos semanas sin sus pastillas.

Además necesita Reteven, un antiespásmodico urinario, y no lo consigue desde hace cuatro meses. De no conseguirlos, tendría que operarse para una reconstrucción de vejiga.

“Es horrible saber lo que te puede causar esto. Pasar esta enfermedad así es algo que no le deseo ni a mi peor enemigo”, dijo.

Efecto Cocuyo

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