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La red hospitalaria y primaria de salud se encuentra en pésimas condiciones de funcionamiento por el deterioro estructural que sufren los centros del país. Así lo afirma Ernesto Briceño Pérez, médico internista y especialista en salud pública, quien asegura que Venezuela ha disminuido 3 mil camas hospitalarias desde el 2012.

Destaca que la rebaja del presupuesto asistencial, sumado a las pésimas condiciones laborales y de inseguridad reinantes, la carencia de personal calificado que ha emigrado y los sueldos insuficientes del personal de salud, han contribuido al deterioro del sector salud, en una crisis que ha estallado por el déficit de medicamentos e insumos.

«Aparte de los fármacos elementales, soluciones antisépticas, suturas, sondas, gasas, sistemas de drenaje, placas de radiología y ventiladores mecánicos, se suman muchos otros insumos de uso rutinario que no permiten una atención de calidad a los pacientes”.

Destacó que la situación empeora en las unidades de cuidado intensivo (UCI), donde la tecnología es más sofisticada y por consiguiente el déficit es mayor, con la grave consecuencia de un incremento en la mortalidad.

«Las amputaciones de miembros y la escasez de marcapasos significan la muerte para muchos pacientes. La falta de insulina para los diabéticos, antirretrovirales para enfermos de VIH-Sida, medicamentos para los hipertensos, epilépticos y cancerosos ha causado el deceso de cientos de pacientes desesperados”.

Asimismo indicó que en Lara se despilfarran recursos para obras de gran magnitud, mientras que los hospitales están decadentes, repletos de necesidades y fallas de insumos que no son cubiertas ni por el gobierno nacional ni regional, ambos responsables de este sector.

«El pueblo atraviesa una crisis humanitaria de salud, en emergencia y en terapia intensiva. El Gobierno hace caso omiso a las exigencias de la ciudadanía, que está enferma, desnutrida, avitaminosa, sin ánimo”.

Aseguró que la falta de divisas ha agravado la crisis, alcanzando la red asistencial privada, hasta el punto que en gran cantidad de clínicas las cirugías electivas se han suspendido para aplicarlas sólo en casos de emergencia por fallas en el stock de anestesia.

«Las largas listas de espera que se veían en el sector público, han migrado al privado que tiene capacidad para atender sólo al 10% de la población, pero recibe al 53% en la actualidad”, puntualizó. (Marianli Suárez, El Impulso, 02.09.2014)

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