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De 10 personas encuestadas el lunes 25 de noviembre a las puertas del Hospital Miguel Pérez Carreño, 7 indicaron que antes de recibir atención médica allí acudieron en vano a otro centro de salud del área metropolitana de Caracas.

Todos coincidieron en que la primera institución visitada afrontaba déficit de suministros, de especialistas o de equipos.

Wendy Rodríguez, habitante de Ocumare del Tuy, por ejemplo, llegó al hospital el domingo en la madrugada, con su esposo herido en un accidente de moto. El hombre fue atendido en el hospital de la región, pero no había materiales para tratarlo.

“El médico dijo que la herida de la cabeza era grave, que tenía politraumatismos, pero no había tomógrafo para hacerle los exámenes. Ni siquiera tenían povidine. Lo vendaron y nada más, porque en ese hospital no había nada. Como pudimos, lo metimos en un taxi pequeñito y nos vinimos al Pérez Carreño”, relató la mujer.

Las estadísticas de Min Salud omiten datos de los afectados por las deficiencias en la prestación de servicios sanitarios

48 horas después del accidente y a más de 70 kilómetros de distancia de su sitio de origen, aún esperaba por una intervención quirúrgica debido al ingreso de otros pacientes con heridas graves.

Aunque el ruleteo es una constante entre quienes requieren asistencia médica, la estadística de pacientes que peregrinan de un sitio a otro en busca de ayuda no aparece registrada en ninguno de los documentos del Ministerio de Salud.

No hay datos del número de muertos, de incapacitados o de personas cuya salud empeoró por la falta de atención hospitalaria.

La cifra más cercana es la revelada por la socióloga Yolanda D’Elía, coautora del informe Equidad y Derecho a la Salud, publicado en 2012 por la Asociación Civil Convite, que un año antes contabilizó 404 muertes de personas en Caracas, Vargas y Miranda, en el proceso de ir de un hospital a otro.

“En Venezuela muchas muertes son inevitables por causa del ruleteo. En la información oficial no aparece la muerte sanitaria, sino la causa orgánica, lo que impide determinar cuántos fallecimientos se producen. Tampoco hay registros de cuántos decesos se pudieron evitar si las personas hubieran encontrado los servicios de salud abiertos o con capacidad para atenderlos”, afirmó.

Red deficiente.

Actualmente existen 14.742 centros sanitarios en el país, 276 de ellos hospitales. Hace 2 años había 268. Aumentó el número de edificaciones, pero la atención no mejoró.

En el informe, la deficiencia de insumos y equipos es identificada como la causa principal del ruleteo. De una muestra de 386 centros, 132 notificaron que tenían déficit de materiales básicos, como guantes, gasas y medicamentos, denuncias que persisten en 2013. El texto también señala que las áreas más deficitarias son los servicios de terapia intensiva, la atención a las parturientas y las cirugías mayores.

Marino Alvarado, coordinador general de Provea, recuerda que la insuficiencia de camas para cuidados intensivos intensifica el problema en víctimas de la violencia.

“Las UCI son insuficientes para atender a heridos de bala, por ejemplo. Muchas veces no reciben a las personas porque el hospital no tiene servicios de rayos X. Mientras las emergencias no tengan la capacidad operativa para atender continuará el ruleteo”, afirmó.

Pablo Zambrano, líder del Movimiento Autónomo de Trabajadores Independientes del Sector Salud, advierte que en los hospitales tipo III de la Gran Caracas, como los periféricos de Coche y Catia, no hay recursos para atender las emergencias.

“Si hay un accidente en la autopista Francisco Fajardo, los heridos deberían ir a Coche pero allí no hay capacidad de respuesta. No hay equipos, suministros ni médicos por lo que hay que trasladar a los lesionados a otro centro. Tampoco hay ambulancias, así que los familiares deben ingeniárselas para llevarlos. Algunos mueren en el traslado. Los 14 hospitales de Min Salud funcionan a 20% de su capacidad y los del Seguro Social colapsan por el exceso de pacientes”, subrayó.

Los testimonios 

Jesús Vicuña; Caracas

“Mi mamá sufría de enfermedad pulmonar obstructiva crónica y se controlaba la afección en el hospital de El Algodonal. Un día amaneció con dificultad para respirar. La llevé a un centro de diagnóstico integral de los Valles del Tuy y no la atendieron. El mismo día fuimos a El Algodonal, donde no la atendieron porque no tenían nada, al hospital militar, al Pérez Carreño y, otra vez, a El Algodonal. El médico la intubó aunque no debía hacerlo porque no había otra alternativa. Un mes después murió.

M. D.; Caracas

Estaba por dar a luz en el Hospital Militar Carlos Arvelo, pero me dijeron el bebé excretó dentro del saco amniótico por lo que iba a necesitar terapia intensiva neonatal. Fui a la Maternidad Concepción Palacios y a dos clínicas. En ninguno de esos sitios me atendieron porque no tenían equipos. Di a luz en otra clínica. Mi bebé nació bien, gracias a Dios. (Lissette Cardona, El Nacional, 27.11.13)

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