Las irregularidades durante los procedimientos administrativos que inicia el Instituto Nacional de Tierras se han convertido en la regla en vez de la excepción.

La declaratoria de tierras baldías cuando las fincas se encuentran plenamente productivas y la exigencia de documentos irrisorios como los títulos de desprendimiento de la Nación se ha convertido en el dolor de cabeza de los productores afectados.

Domingo Giu, director de Fedenaga, señaló que el Ministerio de Agricultura y Tierras, mediante el INTI, ha actuado con mucho desorden en las actuaciones de intervención de tierras además que desconoce títulos de propiedad que fueron legitimados hace más de 100 años.

«Con la exigencia del título de desprendimiento de la nación, ningún productor ha podido comprobar la propiedad sobre sus fincas porque es prácticamente imposible», expresó el ganadero.

Pero aunque el instituto agrario exige esta clase de papeles para validar la legitimidad de la propiedad, hay otros que continuamente rechaza como los certificados de finca productiva, por lo que el afectado se encuentra entre la espada y la pared al limitársele sus recursos de defensa.

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