Los destrozos ocasionados en la Gran Sabana durante las pasadas festividades navideñas siguen generando comentarios. Las profundas huellas dejadas en esta tierra por un grupo de turistas negligentes, también acentúan las carencias de un Estado que no ha invertido suficiente en unidades de protección ambiental y vigilancia. Operadoras turísticas y clubes de vehículos 4×4 señalan que la solución a este problema no radica en restringir el acceso a ciertas zonas sino crear consciencia ciudadana a la hora de visitar estos espacios. Se prevé que para los próximos días el ministro de Ambiente se acerque a la Gran Sabana para evaluar los daños y tomar medidas que controlen la acción devastadora de algunos visitantes.

La Gran Sabana, testigo de la evolución de miles de años fue “herida” una vez más por la acción de los vehículos 4×4 que destrozaron accesos a zonas como Sakaika, Las Puertas al Cielo, Iworibó, Torón y Toroncito generando muchos problemas y honda preocupación en todos los entes relacionados con el sector oriental del Parque Nacional Canaima.

Cabe recordar que desde el 20 de diciembre y hasta el 8 de enero más de 22 mil personas ingresaron a esta área natural y muchas de ellas provocaron desastres ambientales en zonas permitidas y restringidas por daños en años anteriores.

A raíz de esto el Instituto Nacional de Parques a nivel regional a cargo de Ingrid Martínez, está redactando un informe conjuntamente con el Ejército y la Guardia Nacional para llamar la atención sobre lo ocurrido y motivar la toma de medidas que impidan que el lugar siga siendo afectado de manera irreversible.

La noticia sobre lo ocurrido ha levantado muchas opiniones y preocupaciones al respecto, en especial porque la Gran Sabana es un lugar frágil con una riqueza natural incalculable que debe ser conservada como tal.

Cuidar es querer

Melba Hernández, guía turística de la sabana, explica que el principal problema de quienes visitan el parque es la falta de educación ambiental y en especial sobre lo que significa esta tierra sagrada y milenaria.

Comenta la dama que en efecto son los conductores imprudentes de vehículos 4×4 quienes generan el deterioro al medio ambiente sin importarles nada ni nadie.

“Para quienes no lo sepan el parque es el quinto más grande del mundo y Venezuela el cuarto país con mayor reserva de agua dulce gracias a la Gran Sabana, y esas personas no entienden eso, que están en tierra sagrada y que hay que cumplir con una serie de normas para estar aquí”.

Por su parte José Miszlai, de Turismo Chirikayén, resalta que el maltrato al ambiente es evidente, pero “cerrar los sitios considero no es una medida correcta porque están limitando a los rustiqueros, pero también limitan a quienes realmente disfrutan del lugar sanamente, por eso creo que no es la solución y que deberían buscarse otros métodos”.

En el 2009 cuando hubo un primer suceso similar al de este 2011 Inparques procedió a cerrar los saltos La Piscina, Torón y Toroncito, por ello Miszlai considera que esta no es la alternativa acertada. “El año pasado a quien veían con indicios de haber rustiqueado lo sacaban del parque, o le daban una charla, por eso creo que sería mejor más vigilancia, cerrar es algo extremo”.

Carencias generalizadas

Nino Pasqua, gerente de operaciones de la empresa Kuravaina, resalta que hay una realidad que aqueja al parque y es los escasos recursos y el poco personal con el que cuenta Inparques para cumplir con su función.

“El impacto año tras año es bastante fuerte, los rustiqueros -por llamarlos de alguna forma- muchachitos que no tienen la educación y de allí parte el problema, van con sus carros, está la chica, uno con el carro más arreglado que el otro, y bueno ya sabemos… Si bien la Guardia y el Ejército hacen lo que pueden no es suficiente, le dan el apoyo a Inparques pero este no se basta”.

Pese a esto indicó el representante que “lamentablemente toca echarle la culpa de lo que sucede a todos, tanto al Gobierno porque es la entidad que tiene los recursos para este tipo de operativos, de tener las unidades, un helicóptero, tiene mucho que ver la Alcaldía, la Gobernación, y no estoy hablando de política sino de una cruda realidad que está allí”.

Agrega Pasqua que no sólo el turismo inconsciente está deteriorando la Gran Sabana sino también la escasa colaboración de sus habitantes naturales, los aborígenes. “Los indígenas tienen culpa, porque esa es su casa y son los primeros que ensucian” cosa que debe ser corregida para poner el ejemplo.

Prevenir antes de lamentar

Pese a que los conductores de los vehículos 4×4 llamados “rustiqueros” son señalados como los culpables de los perjuicios ambientales en la sabana no todos los dueños de estos carros se comportan de esta manera. Argenis Graterol, presidente del Club Venezuela 4×4, da la cara por la comunidad que sí usa estos vehículos responsablemente.

“Tristemente las instituciones no actúan en la prevención y por eso pasa lo que pasa y se toman medidas después de los hechos. Creo que es muy importante promover actividad con conciencia ecológica, porque el problema no es el rustiquero, el problema es el venezolano, el que tira la basura, el que destruye. Hay que crear conciencia y la única forma que eso pase es actuando”.

Admite Graterol que “así como hay una comunidad 4×4 muy responsable que queremos hacer las cosas bien y que las hacemos bien en cada sitio que vamos a visitar, también hay un crecimiento increíble de usuarios de vehículos 4×4 que no tienen ni la más mínima noción de lo qué es conciencia ecológica, visitan estos parques y hacen desastres”.

Visita oficial

La delicada situación de conservación del Parque Nacional Canaima sigue generando conmoción entre quienes creen en la protección de la naturaleza y la preservación de los espacios para las generaciones futuras.

A través de las redes sociales como Facebook y Twitter se están organizando reuniones y pasando la voz sobre lo que ocurrió en Gran Sabana, la principal idea es el rechazo a los “rustiqueros” y la necesidad de hacer algo para impedir más deterioro.

En ese sentido y en vista del gran revuelo, se pudo conocer que al parque podrían estar arribando en los próximos días autoridades nacionales incluyendo el ministro del Ambiente para considerar las acciones a tomar de ahora en adelante a favor de un turismo más amable y menos destructor.

Mientras tanto las organizaciones que hacen vida en el sector oriental del parque también se están organizando para los próximos operativos que deben ser implementados a futuro y así prevenir estos incidentes. (Natalie García, Correo del Caroní, 13.01.11)

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