Caracas. El “gobierno obrerista” puede llevarse una sorpresa en las próximas horas, a juzgar por las quejas de los sindicatos de institutos y empresas del Estado, y las acciones que desarrollan, entre otros, el Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora (Fnlct).
El secretario sindical del PCV, Pedro Euse, describió una crisis en cuatro entes: Corpoelec, la Corporación Venezolana del Azúcar, Café Venezuela y Abasto Bicentenario, que puede desembocar en protestas.
“El conflicto en Corpoelec tiende a agudizarse por la actitud represiva y autoritaria del patrón, el ministro Luis Motta Domínguez, quien se niega a continuar la discusión del contrato colectivo y se cierra al diálogo. Lo más preocupante es que aprobó una circular que prohíbe hacer asambleas en Corpoelec en franca violación a la Constitución y la Ley del Trabajo, que garantizan el derecho a expresarse, a reunirse y constituir instancias sindicales”, denunció el diputado del PCV.
¿Y dónde quedan los derechos de los trabajadores?, se le preguntó a Euse, y respondió: “Dependerá de la actitud de los trabajadores, por lo que los instamos a reunirse, a no abandonar la luchar y no resignarse ante el patrón”. Sin embargo, le preocupa el rol del ministro del Trabajo, Oswaldo Vera, que desatiende el llamado de la clase obrera y se coloca al lado de Motta Domínguez.
Otro ejemplo es lo que pasa en la CVA Azúcar. “Desde octubre de 2013 hasta octubre de 2015 fueron despedidos 900 trabajadores de manera ilegal e injusta, porque había inamovilidad laboral y esa cifra significa despidos masivos lo que es penado por la LOT. A esto se le agregan 200 trabajadores con órdenes de reenganche, a quienes no se les cumplió”, lamentó el comunista. Por esta razón, el PCV y el Fnlct exigen una reunión con el titular de Agricultura, Wilmar Castro Soteldo.
“El Gobierno no puede tener doble rasero: por un lado demanda a las empresas privadas por el maltrato a trabajadores, pero despide a cientos de trabajadores o no los reengancha como señala el mismo Ministerio del Trabajo”.
El tercer lugar de trabajo donde hay malestar es en Abasto Bicentenario, donde han despedido a 1.700 trabajadores por el cierre de 10 locales de venta de alimentos. “Hasta mujeres embarazada, otras con permiso post natal, o personal que estaba de vacaciones fueron botados. Hay un uso de la fuerza contra los trabajadores y hasta abuso y acoso sexual”, denunció Euse, luego de culminar la reunión del Buró Político del PCV, que evaluó las propuestas del Fnlct de seguir en la calle en las próximas horas como medida de presión para que se reconozcan los derechos de los obreros del Estado.
La situación de Café Venezuela también fue analizada por el PCV, que apoyó la propuesta de los trabajadores y del Sindicato de Trabajadores de Café (Sintracafe) de destituir a la directiva de la empresa estatal, así como hacer una auditoría a la Corporación Venezolana de Café, debido a la supuesta corrupción detectada. Los trabajadores denuncian “cementerios de café” en Lara, Yaracuy y Trujillo, como una forma de desaparecer el producto nacional y así obligar al gobierno a dar las divisas para la importación y quedarse con un parte del negocio.
Clap sectarios
El PCV está molesto con los Clap, que creó el PSUV. Si bien Euse dijo que la idea partió de los comunistas, que en 2014 plantearon constituir las “Juntas Populares de Abastecimiento” para disminuir las colas y acabar con los bachaqueros, los Clap fueron distorsiados.
“Es una buena iniciativa, pero si se implementan bien, si no son excluyentes, ni burocráticos. No sirven si son usados por un partido, o mejor dicho: no sirven si pertenecen y son controlados por un sector, por una tendencia o corriente de un partido, que excluye incluso a fracciones del propio partido”, dijo el parlamentario del PCV, quien se cuidó en no mencionar al PSUV, ni menos al coordinador de los Clap, Freddy Bernal, de la corriente de Nicolás Maduro en el Gobierno. Sin embargo, si consideró necesario que se produzca una corrección en los Clap, por “ser sectarios, excluyentes”, y que los medios de producción pasen al control obrero.
Crónica Uno
