Durante la mañana de este jueves los trabajadores de la fábrica de cemento de Barquisimeto, Cemex, estatizada por el Gobierno nacional, protestaron por la imposibilidad de cumplir con sus labores.
«La empresa se encuentra hoy en paro técnico porque, como consecuencia de la desinversión, los equipos de producción se encuentran deteriorados”, declaró Orlando Chirinos, del sindicato que les agrupa.
Con pancartas llevaron a cabo una caminata en el interior de las instalaciones denunciando la situación, aunque no lograron salir al exterior ante la presencia de un piquete de la Guardia Nacional.
En una de ellas se leía que la empresa trataba de silenciarlos para que en la calle no se sepa lo que ocurre adentro, aunque están dispuestos a seguir denunciando para que el pueblo conozca la situación.
Denunció que la planta había sido militarizada para controlar cualquier protesta.
Chirinos puso como ejemplo del deterioro en el cual se encuentra la empresa que los tres hornos y los tres molinos de crudo se encuentran parados. Igualmente afirmó que en muchas oportunidades los mismos trabajadores fabrican piezas para que los equipos puedan resistir y no paralizar las actividades.
La situación no es nueva, explicó, pues hace algunos días hubo una reunión y dieron plazo a la empresa hasta el miércoles para resolver la situación, pero no se hizo nada, supuestamente por no haber llegado los repuestos necesarios para recuperar las maquinarias dañadas.
Lo que ocurre en Cemex Barquisimeto, dijo Chirinos, se debe a la falta de mantenimiento y renovación de los equipos, situación que se estaría presentando en las otras plantas estatizadas, Pertigalete, en el oriente, y San Francisco, en el Zulia.
En Lara son 600 trabajadores que no pueden cumplir normalmente con sus funciones porque, además del deterioro de las instalaciones, el contrato colectivo tiene cinco años vencido y la empresa no muestra intenciones en discutir uno nuevo.
«El personal reclama respuestas claras y hoy lo que hicieron fue militarizar las instalaciones”, enfatizó Chirinos.
Insistió en que los ingresos de que dispone el personal son muy bajos mientras la inflación es alarmante, de allí la necesidad de un nuevo contrato colectivo que contemple incrementos en los salarios.
Igualmente manifestó que al no haber producción de cemento a nivel local, el que llega procedente de otras entidades es vendido con sobreprecio, generando corrupción por la escasez que esa situación genera.
Durante la mañana del jueves, directivos del sindicato se hicieron acompañar por uniformados de la Guardia Nacional para que estos pudieran constatar el estado en el cual se encuentran los equipos, imposibilitados para su funcionamiento por los riesgos que representan.
No se descartan nuevas acciones de protesta en reclamo de respuestas positivas a sus demandas que consideran justificadas, no sólo por el mal estado de las maquinarias de la factoría sino también por la negativa a discutir la contratación colectiva que debe amparar a esos 600 trabajadores, cuyo vencimiento es de hace cinco años. (Hugo Boscán, El Impulso, 25.10.13)