Los trabajadores de la Sala de Espera Divina Pastora del Hospital Central Antonio María Pineda y dependientes de Fundasalud cada día están más desmotivados, la razón: meses de deudas, pagos atrasados y retroactivos no disfrutados.

Entre obreros, personal de limpieza y de sistemas, en total son 16 trabajadores los que actualmente piden al ejecutivo regional que dé respuestas ante esta situación que padecen desde el mes de septiembre del año pasado, cuando comenzaron a devengar el nuevo sueldo, mientras no han podido recibir el retroactivo de años anteriores.

Los trabajadores esperan que esta situación sea solventada para poder continuar brindando un servicio de calidad a los familiares de los pacientes que se encuentran recluidos en el principal centro asistencial del estado Lara, un beneficio del cual carecen muchos hospitales y que posee el Hcamp

A ello se suma el pago del bono de alimentación que no ha sido modificado desde el año pasado, a pesar de sufrir un incremento la Unidad Tributaria, beneficio que no llegó a los trabajadores de la Sala de Espera y ante un nuevo aumento temen que la deuda se haga cada vez más onerosa.

Uno de los trabajadores que prefirió no identificarse, indicó que los pagos son inconstantes y no los reciben cada quincena como es debido. Aunque agradecen al Gobernador Henri Falcón por todo lo que ha hecho en este centro, le exigen que cumpla con las obligaciones contractuales y los pagos correspondientes.

Son madres y padres de familia que mensualmente deben llevar el sustento a sus hogares y con pagos tan irregulares se les dificulta poder ahorrar y cumplir con sus deudas.

Otro de los problemas que padecen en este servicio del Hcamp, es la falta de presupuesto, que los mantiene atados a invertir en lo básico. En ocasiones los mismos trabajadores llevan los insumos para la limpieza, pues el dinero con el que cuentan es prácticamente nulo.

Además, ya comienzan a observarse los deterioros de la infraestructura y mobiliario de este edificio, debido a que muchas personas se han encargado de dañar los muebles y robarse griferías y piezas de baño.

Uno de los sanitarios se encuentra inservible producto del colapso de las tuberías y han tenido que cerrarlo hasta que sea reparado, mientras que las butacas se muestran peladas y algunas rotas por el mal uso.

Los trabajadores esperan que esta situación sea solventada para poder continuar brindando un servicio de calidad a los familiares de los pacientes que se encuentran recluidos en el principal centro asistencial del estado Lara, un beneficio del cual carecen muchos hospitales y que posee el Hcamp. (Marianli Suárez, El Impulso, 19.02.13)

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