En los últimos años, el tema social ha cobrado cada vez más vigencia y una de las mayores expresiones se evidencia en una mayor conciencia por la seguridad integral del trabajador.
Esta situación ha llevado a organismos, instituciones y gobiernos a adoptar medidas proteccionistas. En el caso venezolano, está en práctica la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (Lopcymat), que regula los derechos y deberes de los trabajadores y empleadores en materia de seguridad, salud y ambiente de trabajo.
No obstante, la cultura de prevención aún «está en pañales» en el país, afirma Mabel Velásquez, especialista en salud y riesgo en el trabajo.
Dice que el patrono se ha visto obligado a cumplir con la ley porque ésta es punitiva en sí y no porque hay cultura de prevención de riesgo porque no ha habido la suficiente formación.
Hugo Urdaneta, consultor y experto en el área de Recursos Humanos, refiere que no sólo se trata de dotar los equipos de seguridad industrial, la clave es que las empresas vigilen su uso.
«Mientras más prevengas, minimizas el riesgo. El accidente de trabajo siempre va a existir, lo único que haces con la prevención es reducir los riesgos», resalta a su vez Velásquez.
La especialista señala que aún cuando el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (Inpsasel), organismo regulador de la Lopcymat, ha venido haciendo esfuerzos por mejorar, la escasez de recursos e insuficiencia de personal en todo el país, le impide ser más eficiente.
Apunta que ni en las oficinas de Inpsasel se cumplen con las medidas de prevención cuando una sala de espera con capacidad para 100 personas carece de sistema de ventilación o hay una sola puerta. Incluso ni se piensa en la salud de los delegados de prevención de una empresa del interior del país cuando tiene que someterse a viajes largos, desde una ciudad a otra, para presentar un informe sobre las actividades desarrolladas y evitar sanciones.
Urdaneta complementa que uno de los mayores retos de la cultura de prevención de accidentes laborales está en las pequeñas y medianas empresas y en las empresas del Estado, donde hay una deficiencia.
Hay normas internacionales para cada tipo de trabajo donde hay riesgo de enfermedades músculo esquelético, riesgos eléctricos o de caída de objetos. En las obras de construcción se adoptan cascos de colores para distinguir las funciones. Generalmente, los cascos blancos son para los ingenieros o personal administrativo, el amarillo para los albañiles, el rojo para quienes trabajan con estructuras metálicas, el verde para quienes preparan el concreto.
Sin embargo, estos estándares no se adoptan del todo en Venezuela. De hecho, en varias obras de la Gran Misión Vivienda predominan los cascos rojos. Inclusive en las visitas a las obras por parte del Ejecutivo, también se hace uso de este color, en vez del blanco.
A esto se suma, los accidentes industriales en Guayana por fallas en los implementos.
Según los expertos, algunas de las razones que explican esta situación es porque la administración de justicia es distinta para una empresa pública y privada. «Es muy difícil conseguir a un Inpsasel que inspeccione centros públicos», afirma Mabel Velásquez. (Yaneth Fernández, El Universal, 18.06.12)