La desatención de las instalaciones petroleras no solo constituye un riesgo para los empleados, sino para las comunidades adyacentes a las áreas de operaciones y el medioambiente. El personal denuncia el riesgo de las operaciones por el deterioro de las instalaciones sin mantenimiento.

Por la desatención, las refinerías sufren continuas fallas. Solo en el Complejo de Refinación de Paraguaná (CRP), compuesto por Amuay, Cardón y Bajo Grande, se presentaron 40 paralizaciones totales o parciales en 2011. En El Palito y Puerto La Cruz la situación no es diferente.

Desde hace tres años dirigentes de la Federación Unitaria de Trabajadores de Petroleros de Venezuela (FUTPV) hacen una advertencia: se corre peligro en las áreas de operaciones de la industria petrolera como consecuencia del incumplimiento de los planes de seguridad.

El peligro es ahora más evidente. Se ve en las consecuencias que deja la explosión de la refinería Amuay, en la península de Paraguaná, en Falcón. Se mantiene en el resto de las instalaciones petroleras.

Iván Freites, secretario ejecutivo de la FUTPV, activo en la zona occidental, afirma que desde 2009 alerta sobre la situación de riesgo debido a que las inversiones de mantenimiento preventivo y rutinario no se hacen, por lo que la infraestructura y los equipos están deteriorados.

Por la desatención, las refinerías sufren continuas fallas. Solo en el Complejo de Refinación de Paraguaná (CRP), compuesto por Amuay, Cardón y Bajo Grande, se presentaron 40 paralizaciones totales o parciales en 2011. En El Palito y Puerto La Cruz la situación no es diferente.

“Tenemos tres años diciendo que la situación es peligrosa. Los sucesivos eventos que se presentaban indicaban que algo más grave iba a ocurrir. Lamentablemente ahora lo peor pasó en Amuay. Lo que sucedió en Falcón se pudo haber evitado”.

Freites indica que aunque los trabajadores sienten temor por el peligro que corren, la gerencia de Petróleos de Venezuela (PDVSA) los lleva a acostumbrarse a las condiciones de riesgo, a sobrellevar como rutina las situaciones anormales.

“Cuando un equipo presenta una falla, los gerentes dicen que no representa un inconveniente, que se puede operar así, en vez de hacer las correcciones. Existe una falta de responsabilidad y compromiso por parte de la gerencia”.

Considera que una muestra de la desatención está en Amuay, donde el escape de hidrocarburos se hizo evidente hace una semana, pero se intentó atender cuando alcanzó el máximo riesgo.

“Lo que pasó en la refinería fue que una fuga que tenía varios días empeoró por condiciones ambientales, por una tormenta tropical. Se generó una nube de gas que se mantuvo muy baja, que entró en contacto con un punto de ignición y explotó”.

En toda la industria

José Bodas, secretario general de la FUTPV, activo en la región oriental, asegura que aunque existen diferentes informes sobre el deterioro de las instalaciones, no se toman los correctivos necesarios.

Agrega que PDVSA ni siquiera cumple con la dotación de equipos básicos de seguridad industrial, como botas, cascos, bragas y guantes. “Hay un abandono total de todos los procesos de prevención de la industria petrolera”.

Precisa que la desinversión se evidencia no solo en las refinerías, sino también en la Faja Petrolífera del Orinoco y en las instalaciones acuáticas en el Lago de Maracaibo. “Lo que ocurrió en Amuay pudo haber ocurrido en cualquier área”.

“Hay una falta de mantenimiento en los contenedores de crudo, de gasolina y de gas. Los tanques están deteriorados por la corrosión, tienen que arreglarse. Las esferas de gas están en la misma situación, no soportan la presión y ocurren fugas”.

Sostiene que en los taladros de tierra y el Lago la situación es similar, por lo que ocurren constantes incidentes, como derrames petroleros, que se evidencian, sobre todo, en estados como Anzoátegui, Monagas y Zulia.

Bodas considera que se debe conformar una comisión de investigación en la que participen los trabajadores de la industria, así como realizar una inspección general de todas las áreas de operaciones, en la que intervengan delegados de prevención y seguridad.

Los dirigentes alertan que las condiciones de la empresa no afectan solo a los trabajadores, sino que además las comunidades adyacentes a las áreas de operaciones resultan perjudicadas por las fallas, así como el medioambiente.

Factor político

Freddy Alvarado, secretario ejecutivo de la FUTPV, quien se desempeña en la región central, sostiene que existe un peligro latente en las instalaciones petroleras, debido a que la gerencia de la empresa quita importancia a los aspectos técnicos mientras se enfoca en la política.

“Todo el mundo sabe que en cualquier momento se pueden presentar situaciones como las de Amuay. PDVSA ahora no le garantiza la vida a nadie. No hay compromiso ni responsabilidad por cumplir los procesos de seguridad”.

Freites indica que antes del incidente de la refinería en Falcón, la orden que tenía el personal era asistir al simulacro electoral que estaba pautado para el domingo 26, no atender la fuga de gas que se reportaba desde la semana pasada.

“Aquí se cambiaron las charlas de prevención por las reuniones del PSUV. El llamado no es a sentirse comprometido con la empresa, sino a comprometerse con el proceso revolucionario. Todo está volcado hacia la política, de eso es que se ocupan los gerentes”.

Destitución

El Frente Autónomo para la Defensa del Empleo, Salarios y Sindicatos (Fadess) exigió ayer la destitución de Rafael Ramírez, presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), tras el suceso ocurrido en la refinería Amuay.

“La tragedia de Amuay era la crónica de una muerte anunciada. Semanas atrás el Sindicato de Trabajadores Petroleros de Paraguaná advirtió de la carencia de mantenimiento de equipos e instalaciones”.

Denunció que el Complejo de Refinación de Paraguaná (CRP) se convirtió en el sitio de depósito de chatarra petrolera, con ausencia de planes de mantenimiento, un ambiente de baja productividad y pésima seguridad industrial.

Agregó que incidentes lamentables no solo ocurren en el CRP, sino también en las localidades petroleras de la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, las refinerías Puerto La Cruz y El Palito, así como en el resto de las instalaciones en Anzoátegui y Monagas.

“FADESS reitera la acusación de culpabilidad contra el máximo jefe de PDVSA y ministro de Petróleo, Rafael Ramírez, quien asumió una actitud negligente e indolente al ignorar los sucesivos accidentes mortales acaecidos en la industria petrolera”.

El frente pide la apertura de una investigación exhaustiva por parte de una comisión que garantice resultados técnicos que permitan corregir las fallas que originan los accidentes, para que no se sigan perdiendo vidas humanas. (Daniela García, La Verdad, 27.08.12)

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