Así se lo dijo el concejal Nelson Canquiz a Eugenio Acosta, abogado de la Alcaldía: «Usted, señor Acosta, estuvo presente hace año y medio, cuando la alcaldesa Eveling Trejo acordó, en reunión extraordinaria, cumplir con las cláusulas contractuales a mil 100 trabajadores del barrido manual». En ese momento se suprimía el Instituto Municipal de Ambiente (Ima).

Se trasladan en camiones 350, arrumados, «como cochinos y chivos» sin seguridad. No tienen una sede para llegar, no hay estructura, y por eso agarran sol debajo de árboles en la Vereda del Lago. Otra vez la palabra sale a relucir la palabra incumplida de la alcaldesa, sostiene Nerio López. «No tienen uniforme, chalecos de identificación, botas de seguridad, escobas, cepillos, rastrillo, pala ni bolsas donde echar la basura».

Y él respondió: «Sí, es cierto. La firma del acuerdo fue hace año y medio. Lo que ofrezco, una vez más, es una mesa de diálogo mañana (hoy) a las 9.00 de la mañana en mi oficina. El señor Nerio López sabe que yo mantengo mi palabra. En ocasiones anteriores nos hemos reunido».

¿Entonces los salserines seguirán limpiando las calles? ¡Noooooooo!, respondieron al unísono quienes con gorra y suéteres para protegerse del sol caminaron ayer desde la Vereda del Lago hasta la sede de la municipalidad para exigir, entre otras cosas, aumento salarial, pago oportuno de cestatiquets, seguro de Hospitalización, Cirugía y Maternidad, retroactivo y el impacto de esos costos en vacaciones,  fideicomiso y primas por hijo, según Nerio López, representantes de los afectados.

Además, continúa López, descuentan el Seguro Social y la Ley política Habitacional y, al momento de verificarse vía web, aparecen cesantes. Un empleado gana entre 260 y tres mil 410 semanal, lo que hace mil 40 y mil 360 mensuales, respectivamente. «Aunado a eso, si no pagan el cestatique a tiempo, que suman 420 bolívares, ¿cómo se sobrevive? De acuerdo con los últimos ajustes ese beneficio debería rondas los 620 bolívares».

De las condiciones laborales

Se trasladan en camiones 350, arrumados, «como cochinos y chivos» sin seguridad. No tienen una sede para llegar, no hay estructura, y por eso agarran sol debajo de árboles en la Vereda del Lago. Otra vez la palabra sale a relucir la palabra incumplida de la alcaldesa, sostiene Nerio López. «No tienen uniforme, chalecos de identificación, botas de seguridad, escobas, cepillos, rastrillo, pala ni bolsas donde echar la basura». (Isabel Cristina Morán, La Verdad, 01.08.12)

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