La falta de materia prima para bloques y tabelones, en especial cemento, arena y granza, mantiene en estado de alerta a los pocos fabricantes activos de este tipo de insumos en el municipio Anaco, los cuales han debido reducir hasta en un 70 por ciento la elaboración de los tabiques, situación que incide en la paralización de una gran cantidad de obras tanto en esta localidad como en el resto del estado Anzoátegui.

Asdrúbal Salazar, secretario general del Sindicato de la Construcción en la esta entidad oriental, señaló que 65 de las 153 fábricas artesanales de bloques establecidas en la localidad gasífera, han cesado operaciones en los primeros siete meses del año por falta de insumos y las grandes pérdidas generadas por este estancamiento, las cuales incluyen pago de pasivos laborales, alquiler de instalaciones en algunos casos y servicios públicos.

Asdrúbal Salazar, secretario general del Sindicato de la Construcción en la esta entidad oriental, señaló que 65 de las 153 fábricas artesanales de bloques establecidas en la localidad gasífera, han cesado operaciones en los primeros siete meses del año por falta de insumos y las grandes pérdidas generadas por este estancamiento, las cuales incluyen pago de pasivos laborales, alquiler de instalaciones en algunos casos y servicios públicos.

El directivo gremial señaló que «tal situación trae consigo efectos nefastos para el sector de la construcción, pues en primer lugar se aumenta el desempleo general y específico de mano de obra calificada al tiempo que más y más proyectos deben paralizarse porque no se consiguen los materiales para su culminación».

Indicó que una de las causas del desabastecimiento de ladrillos y tabelones es la baja producción de cemento en la planta de Pertigalete, en Guanta, la cual se encuentra en un aproximado de 20 por ciento diario, «equivalente a menos de diez toneladas de cemento por día».

«A ello se suma que las vías de penetración a las minas de arena y granza se encuentra totalmente deterioradas, por lo que es difícil distribuir materia prima a las bloqueras, muchas de las cuales producen un volumen mínimo para poder subsistir».

El secretario del Sindicato de la Construcción destacó que la escasez de los bloques ocasiona incrementos ilegales en su precio final de venta al público, los cuales suelen oscilar entre el 30 y el 40 por ciento del costo original.

«El bloque de 10 pulgadas cuesta cerca de un bolívar por unidad mientras que el de 15 no debe pasar de 1,50. Sin embargo en algunos sitios se ofrecen en 2 y 3,50 respectivamente, lo que encarece los costos de producción que posteriormente son elevados al consumidor final». Salazar señaló que la escasez de estos materiales puede «empeorar con el pasar de los meses debido a la crisis del sector cementero, afectado por baja productividad y conflictos laborales que a la larga provocarán la paralización total de las bloqueras en caso de tomarse las medidas correctivas pertinentes que garanticen el acceso de los fabricantes a los insumos». (Mundo Oriental, 20.08.12)

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