El presidente de la CVG, Carlos Osorio, amenazó a los trabajadores con calificaciones de despido, por continuar apoyando la paralización en la empresa.
Después de la asamblea de trabajadores, donde Osorio no pudo convencer a los sidoristas, se trasladó al edificio administrativo de la siderúrgica en compañía de los miembros de Alianza Sindical; de la reunión surgió el llamado a reanudar las actividades “de lo contrario están despedidos”.
Dioneri Fuentes, miembro del Equipo Militante Siderúrgico, señaló que el titular de la CVG expresó que la faena debe reanudarse para el turno de 11 a 7, y el trabajador que no esté de acuerdo recibirá una calificación de despido.
Agregó que Osorio convocó a un grupo de desempleados para que ocupen los puestos de los sidoristas y arranquen la acería.
Ante la situación llamó a la representación de la CVG y a los dirigentes sindicales que están apoyando “al patrón” a tener cuidado con las acciones que van a tomar.
Señaló que los trabajadores pueden radicalizar las acciones para seguir en su justa lucha.
Expresó que están amenazando con “meter preso a los dirigentes sindicales y despedir a los trabajadores”. A su juicio están actuando como en la cuarta República.
Fuentes, agregó que el secretario de organización de Sutiss, José Meléndez, “traicionó a los trabajadores”.
Señaló que el presidente de Sutiss, José Luis Hernández; el secretario general, Julio López; el secretario de prensa y propaganda, Cosme Yánez; el secretario de finanzas, José Acarigua Rodríguez, están respaldando a los trabajadores en su “justa lucha”.
Para finalizar, aseguró que el secretario de trabajo y reclamo de Sutiss, Leonardo Azócar, “se quedó con los trabajadores y no apoyó las intenciones de Carlos Osorio”. (Nueva Prensa de Guayana, 27.09.13)
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La Constitución Nacional garantiza el derecho a huelga en su artículo 97. Sin embargo, en los últimos años Provea ha denunciado el empleo de diversos mecanismos por parte del Estado venezolano para restringir y criminalizar su ejercicio.
Por vías legales se mantiene la negación del derecho a huelga y cada vez es más riesgoso para las y los sindicalistas convocar a la paralización de actividades.