El proyecto socialista intenta convertir a la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) en otro ensayo del socialismo del siglo XXI, cuya referencia -casi única- son los soviets de la Rusia de 1917. La experiencia venezolana será distinta: actualizada y novedosa, eso defienden quienes no pueden eludir los traspiés de la historia rusa en el siglo XX.
En ese intento de ensayo y error, se intenta publicitar las bondades del Plan Guayana Socialista 2009-2019 y la administración de los recursos mediante el control obrero.
Y como parte de esa agenda, trabajadores de las empresas básicas y Petróleos de Venezuela (Pdvsa) acudieron la mañana de este miércoles al edificio administrativo de la acería para manifestar su identificación «rotunda» con la política impulsada por el Ejecutivo a través del buró oficial.
Al acto «político-cultural» asistieron los participantes del plan de formación de la Universidad Bolivariana de los Trabajadores «Jesús Rivero».
El coordinador de la universidad en Sidor, Jesús Pino, explicó que la transición en las empresas comprende dos fases. La primera de ellas en donde coexistirán la estructura capitalista y la socialista, y luego -en una segunda parte que no saben cuándo será- estarán los trabajadores integrados a este «proceso histórico».
El Plan Guayana Socialista es el único camino para rescatar a las industrias de la región, sostienen los defensores de esta política impulsada por el Ejecutivo.
Pino indicó que con la dirección de los «trabajadores presidentes» comienza una etapa bautizada por el presidente Hugo Chávez el 15 de mayo de 2010.
Participación y corresponsabilidad son las palabras claves que resumen el control obrero, subrayó Pino.
«Hemos involucrado a los trabajadores y trabajadoras en todo el proceso de producción. Esta es la única manera de poder romper con el flagelo que nos ha hecho tanto daño como la corrupción y la burocracia. En la medida que nos incorporemos todos en esa medida podemos garantizar que estas empresas den resultado».
Hacia un nuevo «invento»
– ¿Cuál será la estructura para la organización de los trabajadores?
– La organización se hará mediante los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras, digamos que una forma de lucha de esa organización es justamente el control obrero. Es una estructura distinta a la del capitalismo pero es la que va a garantizar a los trabajadores su participación en la toma de decisiones. Si no existe eso, no hay otra vía.
– Hablaban de la eliminación de la división social del trabajo ¿cómo se concreta su eliminación en Sidor?
– Desde hace dos siglos los trabajadores han estado divididos. Hay un grupo de personas muy pequeño que toma las decisiones y otro grupo muy pequeño que son los que ejecutan, lo que se trata es de unir esas dos actividades en una sola.
– ¿Qué experiencias hay de que un modelo como éste será efectivo en una empresa como Sidor?
– Experiencias a nivel internacional hay muchísimas, podemos hablar de los soviets en 1917. De todas maneras estamos construyendo un camino nuevo, o inventamos o erramos, de lo que se trata es de construir este poder de los trabajadores y que no debería nadie estar en contra, sin embargo, tenemos sindicaleros que lamentablemente se oponen al proceso de transformación. Entonces uno se pregunta por qué razón -si los sindicalistas son representantes de los trabajadores- estos no quieren que los sindicatos participen en la toma de decisiones.
– Ante la crítica de presuntos representantes no electos por los trabajadores ¿Qué se hará para democratizar este proceso?
– Ya no se trata de representación, se trata de que todos participen. Esto se hará a través de las mesas de trabajo que se crean por departamentos, participan todos los trabajadores de manera libre, por supuesto esto ligado a un contexto nacional. No se trata sólo de Alcasa, Venalum o Sidor solamente sino que está ligado a una situación nacional.
– ¿Cómo afectará la eliminación social del trabajo los tabuladores y beneficios contemplados en contratos colectivos de acuerdo a las escalas salariales?
– La única forma de que haya garantía de que se mantengan las reivindicaciones laborales es con este esquema ¿por qué? porque estamos acostumbrados a que los trabajadores dan todo su esfuerzo, baten récord de producción, y a la final los reales se van por los caminos verdes y algún directivo de las empresas se confabulan para tomar ese dinero».
Los trabajadores van a estar en contacto directo con las finanzas de la empresa. De allí un concepto bien importante, como es el de la corresponsabilidad, lógicamente todos seremos responsables de lo que ocurra en estas empresas. Ya no será el presidente «x», sino que todos seremos responsables de la situación de la empresa, incluso la comunidad que se tiene que incorporar a este proceso.
– ¿Los sindicatos y los contratos colectivos son compatibles con esta estructura socialista?
– Esa es una matriz que han colocado en discusión, diciendo que el control obrero descalifica a los sindicatos, no lo sustituye, sino que coexisten. Los sindicatos tienen una función bien delimitada, como es por ejemplo, defender las reivindicaciones ya logradas. Control obrero es gestionar el proceso, de tal manera que son complementarios, de esa manera el sindicato va a poder -por ejemplo- discutir en vez de con una junta directiva con los propios trabajadores a ver cuáles van a ser sus reivindicaciones de acuerdo a la producción.
– Estando los trabajadores al frente de una empresa, y las organizaciones sindicales reclamando a un patrón, que en este caso serían los propios trabajadores ¿no se crearía una confrontación?
– En primera instancia estamos hablando de dos fases. En la primera fase va a existir la estructura tradicional, la división social del trabajo con el control obrero. Vamos a seguir teniendo gerentes, presidentes de las empresas, no sabemos por cuánto tiempo. Cuando este proceso de participación de los trabajadores se engrane, entonces tendremos que sentarnos los trabajadores y trabajadoras a discutir el rol de los sindicatos. Seguramente no será el mismo rol de ahorita, porque los sindicatos fueron creados tradicionalmente para llevar a los trabajadores a la toma del poder político y si ya los sindicatos, estos que conocemos, ya su razón de ser se termina, entonces tendrán que pasar a una segunda fase en la cual ellos asumirán otro papel histórico, que es el papel que les corresponde.