El 22 de abril pasado, un grupo de uniformados y otros que se identificaron como el “Colectivo Cacique Tamanaco” tomaron los espacios del Campamento Enrique Eraso (o Campamento La Mata),de Fe y Alegría. Se identificaron como parte de la Milicia Bolivariana de Venezuela. Incluso, en el desvío de la vía El Hatllo a Oripoto para bajar por un camino de kilómetro y medio hasta el Campamento, pusieron un portón con un candado. El paso de cualquier persona o vehículo depende de la voluntad del miliciano que lo controla.
Desde la Dirección Nacional de Fe y Alegría, presentamos en su momento las respectivas denuncias al Core 5 y al Instituto Autónomo de la Policía del Municipio El Hatillo. No hemos tenido respuesta.
Para la política educativa de Fe y Alegría, consideramos este centro de “La Mata”, de valor estratégico. Diseñado por el mismo fundador del Movimiento en 1966, han pasado por sus aulas y canchas, en alegres convivencias y jornadas de formación, varios miles de niños y jóvenes de una treintena de colegios de otros tantos barrios de Caracas. Desde 1975, una comunidad de religiosas (las Hermanas Compasionistas) entregó su entusiasmo joven a esa obra de formación humana complementaria a las aulas de las escuelas.
Los invasores de nuestros espacios han alegado que allí hay, desde hace cinco años, espacios no aprovechados. Y, en cierto modo, es verdad. Debido al deterioro de la carretera por las lluvias y lo costoso de su arreglo –no tuvimos éxito en repetidos intentos de conseguir los recursos para ello– paralizamos las actividades ordinarias del campamento. Y decidimos, desde hace dos años, orientarnos hacia la adecuación de unas instalaciones que atiendan a la educación de niños especiales, y hemos hecho gestiones de alianzas con diversas instituciones.
Estos días hemos podido conversar con algunos de los invasores y otros miembros de las comunidades del entorno. Son evidentes sus muchas necesidades educativas. La vocación de Fe y Alegría es precisamente la de atender esa clase de necesidades, y tiene ofertas educativas pertinentes como los Centros de Capacitación Laboran (CECAL) y los Centros Comunitarios de Aprendizaje (CCA) en la modalidad semipresencial y a distancia por medio de su Instituto Radiofónico (IRFA). Estas modalidades y otras, formales e informales, serían compatibles con la vocación original del “Campamento La Mata”.
En consecuencia, consideramos justo y razonable exigir a la Milicia Bolivariana que respete nuestros proyectos educativos.
No estamos defendiendo “el derecho de propiedad de Fe y Alegría”, aunque somos conscientes de que nos asiste ese derecho constitucional. Somos plenamente conscientes de que ese derecho no está amenazado por la política del Estado venezolano. Lo que defendemos es, como nos enseñó nuestro fundador,“el derecho de los niños y de los jóvenes de origen marginal que se nos han confiado. Ellos son los sujetos de derecho. Nosotros tenemos la obligación de defender a ellos”.
¿No puede ser ésta una oportunidad muy propicia para que los responsables del Gobierno entiendan la voluntad de cooperación de Fe y Alegría y el derecho de miles de nuestros niños y jóvenes?
El arreglo del camino a La Mata puede ser un buen primer paso para empezar y seguir ese otro camino… (Fe y Alegría, 16.05.13)