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Caracas, 11 de octubre de 2012.  El Día Internacional de la Niña, observado por primera vez en la ONU este 11 de octubre, es una celebración de los progresos realizados en la promoción de los derechos de las niñas y el reconocimiento del trabajo que queda por hacer para la eliminación de las desigualdades de género entre niños y niñas. La iniciativa va de la mano de la Campaña del Secretario General de las Naciones Unidas “ÚNETE para Poner Fin a la Violencia contra las Mujeres”.

En esta ocasión, las oficinas regionales en las Américas y el Caribe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), ONU Mujeres y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), desean expresar su preocupación por la situación de millones de niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe. También las agencias del Sistema de las Naciones Unidas en Venezuela comparten esta preocupación, especialmente por aquellas que están sujetas a violencia y discriminación por motivos de género.

Actualmente, la tasa media de fecundidad de las adolescentes entre 15 y19 años por cada 1.000 nacidos es de 70,5

Muchas adolescentes en esta región están quedando embarazadas prematuramente, criando hijos, casándose o en unión de pareja. La mayoría de ellas provienen de zonas rurales y pobres y muchas de ellas son víctimas de violencia sexual. Para algunas, el embarazo, el matrimonio o la unión de pareja son la única manera de sobrevivir.

América Latina y el Caribe es la única región en la que algunos países presentan tasas de fertilidad adolescente que, en lugar de disminuir, están estancadas o en aumento. Actualmente, la tasa media de fecundidad de las adolescentes entre 15 y19 años por cada 1.000 nacidos es de 70,5.

En el caso de Venezuela 1 de cada 5 nacimientos es de una madre que tiene entre 15 y 19 años de edad, según el documento Análisis de Situación de Población 2006, elaborado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en Venezuela.

Todas estas niñas son vulnerables y llevadas a situaciones en las que se vuelven aún más vulnerables. La mayoría de ellas terminarán abandonando la escuela, tendrán menor perspectiva de empleo, estarán menos empoderadas y serán más dependientes de otras personas (muchas veces de su abusador). Esto muy probablemente perpetuará el ciclo de pobreza y de violencia para la madre – una vida que ninguna mujer se merece.

Las adolescentes embarazadas corren mayores riesgos de complicaciones relacionadas con el embarazo y son más víctimas de mortalidad materna que las mujeres mayores. Las adolescentes embarazadas tienen cinco veces más probabilidades de morir en el parto que las mujeres de más de veinte años de edad.

Si una madre tiene menos de 18 años, el riesgo de que su bebé muera durante su primer año de vida es un 60 por ciento mayor que el de un nacido o una nacida de una madre mayor de 19 años. Además, incluso si el niño o niña sobrevive, él o ella tendrá más probabilidades de sufrir bajo peso al nacer, desnutrición y desarrollo físico y cognitivo tardíos.

Las agencias de las Naciones Unidas recomiendan a los gobiernos adoptar medidas decisivas y concertadas para asegurar que todas las niñas en esta región tengan el derecho a una infancia que les brinde la oportunidad de alcanzar su pleno potencial.

Para más información:

Patricia Clarembaux, Asociada Ejecutiva y de Comunicaciones

Sistema de las Naciones Unidas en Venezuela

04149049408

[email protected]

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