Zeid Ra’ad Al Hussein aporta a su nuevo papel –el de más alto rango en las Naciones Unidas en materia de derechos humanos- una larga experiencia en el trabajo de derechos humanos en varios países, incluyendo algunas de las situaciones globales más difíciles y complejas de las últimas dos décadas.
Durante muchos años, Zeid se especializó en temas de mantenimiento de la paz: trabajando en la ex Yugoslavia, como oficial político para la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas y dando seguimiento a las acusaciones de abuso generalizado por parte de las fuerzas de paz de la ONU; en 2004, al ser nombrado Consejero sobre la Explotación Sexual y el Abuso del entonces Secretario General Kofi Annan.
Al anunciar su nombramiento, después de un largo proceso de selección, el Secretario General de la ONU Ban Ki-moon, hizo hincapié en el “papel central” del Alto Comisionado Zeid en el establecimiento de la Corte Penal Internacional, particularmente su participación en “las muchas veces pioneras negociaciones sobre elementos de los crímenes individuales en el marco de los delitos de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra”.
Como presidente del órgano rector de la Corte Penal Internacional, durante tres años a partir de 2002, Zeid supervisó su transformación desde un título en una página a una institución de trabajo.
Zeid ha dicho que el acuerdo para establecer la Corte Penal Internacional fue “un paso tan iluminado que simplemente no tiene equivalente o precedente”. En una conferencia pronunciada en el Centro Internacional de Ética, Justicia y Vida Pública en la Universidad de Brandeis (Estados Unidos) en enero de 2013, Zeid especuló sobre la posibilidad de evitar los “horrendos crímenes” que se cometen.
Esto solo podría lograrse, señaló, si todos los niños y niñas reciben una educación con un fuerte componente universal de los derechos humanos. “Los niños y las niñas necesitan saber lo que son la intolerancia y el chauvinismo, y que la obediencia ciega puede ser peligrosa cuando se utilizan para fines nefastos por parte de figuras de autoridad”, dijo Al Hussein. “Tampoco deben sentirse excepcionales por el lugar donde nacieron, cómo se ven, qué pasaporte llevan o lo que se les enseña a creer ideológicamente”, comentó.
El nombramiento de Zeid como Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha sido ampliamente aclamado en los medios de comunicación en todas las regiones y en la comunidad diplomática, donde es muy conocido. Él ha tenido una larga carrera en representación de su país, como Embajador de Jordania en los Estados Unidos y México, y también recientemente como Representante Permanente de Jordania ante las Naciones Unidas en Nueva York.
La anterior Alta Comisionada, Navi Pillay, alabó la designación de Zeid y destacó su experiencia en el ámbito internacional, además “su considerable experiencia en diversas cuestiones de derechos humanos y en particular en el ámbito de la justicia internacional y la lucha contra la impunidad”.
Al hablar ante la Asamblea General de la ONU después de la aprobación de su nombramiento, el Alto Comisionado Zeid expresó: “Yo voy a ser el primer Alto Comisionado del continente asiático, del mundo árabe y musulmán (…). Esto refleja el compromiso de la comunidad internacional hacia este importante tema y su compromiso para promoverlo en este continente, así como en otras regiones del mundo”.
Zeid es el sexto Alto Comisionado desde que la creación de la Oficina en 1993. Sus predecesores son José Ayala Lasso (Ecuador, 1994-1997); Mary Robinson (Irlanda, 1997-2002); Sergio Vieira de Mello (Brasil, 2002-2003); Louise Arbour (Canadá, 2004-2008); y, entre el 01 de septiembre de 2008 y el 31 de agosto de 2014, Navi Pillay (Sudáfrica). (Prensa ONU)