La Red de Apoyo por la Justicia y la Paz se une y saluda públicamente las expresiones de rechazo por parte de organizaciones no gubernamentales así como de instancias del Gobierno frente a los fotografías que han estado circulando recientemente a través de redes sociales y medios de comunicación, donde niños y niñas aparecen portando presuntas armas de fuego de alto calibre, en la parroquia 23 de Enero, en Caracas. Deploramos todo acto que, como éste, atente contra la integridad de los niños y las niñas al utilizarlos y utilizarlas como figuras que modelan conductas de grupos armados, e incite a la violencia dentro de los ámbitos escolares y comunitarios y que, en definitiva, sea contrario a promover una cultura de paz en nuestro país.
Nos preocupa también varias informaciones de personas que han visto a niños de corta edad con armas de fuego en Petare y San Agustín del Sur, en Caracas, así como en el Distrito Alto Apure. Recordamos que entregar armas o juguetes bélicos a niños, niñas o adolescentes es un delito que, de acuerdo a la ley, puede ser sancionado con prisión hasta por 5 años; y es también un grave crimen de “lesa humanidad”, o un crimen de guerra que no prescribe, el reclutar o alistar a niños o niñas menores de 15 años en las fuerzas o grupos armados, o utilizarlos y utilizarlas para participar activamente en hostilidades armadas, tanto en conflictos internacionales, como en conflictos internos, ambos delitos perseguibles por la Corte Penal Internacional y los tribunales penales nacionales.
Exhortamos a que se respeten los principios establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en la Convención Internacional de los Derechos del Niño, en la Ley Orgánica de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA) y en otros instrumentos internacionales en materia de derechos humanos suscritos y ratificados por Venezuela. Asimismo, instamos a que se promueva y se profundice en la educación en derechos humanos, ya que la misma, partiendo de la dignidad humana, fomenta la paz activa, la convivencia, el respeto y la tolerancia, crea un espacio para el diálogo y el cambio, e integra los principios de los derechos humanos en la vida cotidiana de niños, niñas y adolescentes.
Asimismo, solicitamos que continúen de forma expedita las acciones adelantadas por el Ministerio Público y la Defensoría del Pueblo, para establecer las responsabilidades en el hecho. Los niños, niñas y adolescentes deben estar dotados y dotadas de esperanzas, lápices, libros, computadoras, cariño y atenciones, no de armas de fuego.
De igual forma, invitamos a la sociedad venezolana a desmontar toda creencia que legitime la tenencia de armas de fuego en el seno familiar, puesto que ello pone en riesgo la propia seguridad familiar y ciudadana. Reiteramos que, desde la Red de Apoyo, apostamos a la construcción de relaciones basadas en una cultura de paz.
Caracas, 30 de enero de 2012