Nacido en Brasil en 1921, fue uno de los mayores y más significativos pedagogos del siglo XX, y uno de los principales exponentes de la Educación Popular, concebida como una enseñanza alternativa dirigida hacia la promoción del cambio social
Paulo Freire fue declarado recientemente por la presidenta de la República del Brasil, Dilma Roussef, como el “Patrono de la educación brasileña”. Su legado, al cumplirse el pasado 2 de mayo 15 años de su fallecimiento, está más vigente que nunca en toda Latinoamérica e incluso más allá de nuestro continente. Por eso, es bien importante que hoy hablemos de este extraordinario ser humano brasileño, cuya forma revolucionaria de entender la educación para buscar la liberación de las personas, sobre todo aquellas que viven situaciones de exclusión, guía además el quehacer diario de la Red de Apoyo.
¿Quién fue?
Paulo Freire (1921-1997) fue uno de los mayores y más significativos pedagogos del siglo XX, y uno de los principales exponentes de la Educación Popular, concebida como una educación alternativa dirigida hacia la promoción del cambio social. Por ello, no promueve la estabilidad social, sino dirige su acción “…hacia la organización de actividades que contribuyan a la liberación y la transformación“. El propósito central se vincula con la necesidad de que el proceso de cambio sea asumido por el pueblo. En consecuencia, “uno de los esfuerzos más relevantes es el de la educación de los grupos populares que son potencialmente capaces de actuar como agentes conscientes del proceso de cambio social“. Oscar Rodríguez, profesor de la Universidad Simón Rodríguez y freireano por convicción, señala que Paulo Freire es una persona que se dedicó a escribir sobre lo que hacía, sobre la educación que era su gran pasión, una persona permanentemente trasformadora y trasformado dentro de su práctica educativa, autocrítico de su práctica pedagógica, un hombre latinoamericano, un hombre que entendió que la educación no es neutra sino política y que de acuerdo a la sociedad que se tiene es la educación que se imparte. Añade el profesor que Freire era una persona amorosa, una persona que le gustaba dialogar y su diálogo estaba caracterizado por el amor y la dignidad hacia la otra persona, por el reconocimiento de que los otros y las otras existen y tienen cosas que decir. Por eso, para Freire su principal método de alfabetización es el diálogo, un diálogo adaptado a cada contexto y a cada individuo, en el que todos y todas participan de una manera activa.
¿Cuál fue su principal legado a la educación?
Zenits Correia, integrante del Programa de educación Popular de la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz, señala que “el principal aporte de Paulo Freire es el demostrar que cada quien en el contexto en el que se encuentra tiene algo que aportar, que la educación no se construye solamente en el aula, sino en distintos contextos de la vida diaria; además, quienes aprenden no son un ‘banco’ al cual se le hace un depósito de conocimientos, no son seres carentes de luz, pues tienen mucho que dar”. Por su parte, el profesor Rodríguez considera que su principal aporte es su método de alfabetización, el cual considera que lamentablemente no se ha estudiado a fondo y ha sido silenciado sobre todo por la academia.
¿Cómo aplicar sus enseñanzas?
Nos señala Correia, que tal como lo hizo ella cuando estuvo como docente en la educación formal, los y las docentes con sus estudiantes pueden construir su aprendizaje recreando experiencias y situaciones que les son familiares e importantes dentro de su contexto; al realizar los Proyectos de Aprendizaje; para ello, deben identificarse previamente con su grupo de estudiantes, conocer sus intereses, sus necesidades, sus metas, su forma de pensamiento. Por su parte, Rodríguez considera que el método Freire trasciende el aula y puede ser aplicado en cualquier contexto; por ello, así como él lo hace, todos y todas podemos aprovechar mientras cocinamos y picamos los aliños con nuestros hijos o hijas para hablar de las propiedades del ajo o usar títeres para alejarlos un poco de los videojuegos o inventarnos un programa de radio para ayudar a nuestros niños y niñas a aprenderse las tablas de multiplicar. Lo único necesario es “…estar ganados y ganadas a cambiar. Tener la actitud de transformarse para cambiar el hacer y por supuesto, estudiar a Freire, leerlo permanentemente, releerlo y practicarlo. Algunos de sus escritos que pudieran leer son: Cartas a Guinea-Bissau, Cartas a una maestra que quiere enseñar…”, acota el profesor universitario. A quienes quieran conocer un poco más de Pablo Freire, les invitamos a participar en las Jornadas de Reflexión sobre el Pensamiento de Paulo Freire que este año se realizará el próximo 19, 20, 21 de julio en el Liceo Manuel Palacios Fajardo ubicado en la parroquia 23 de enero.
Fuentes consultadas
• http://www.leergratis.com/otros/paulo-freire-y-la-educacion-popular.html
• http://es.wikipedia.org/wiki/Educaci%C3%B3n_popular
• Entrevistas a Zenits Correia y Oscar Rodríguez
Norte de la Red de Apoyo
Al igual que Paulo Freire, nuestra razón de ser está orientada hacia los pobres entre los más pobres; por eso, a través de La Red de Apoyo por la Justicia y la Paz promovemos y defendemos “los derechos humanos en Venezuela, especialmente el derecho a la vida, la libertad personal, la seguridad e integridad personal e inviolabilidad del hogar, prioritariamente de los sectores populares”. Asimismo, propiciamos el aprender haciendo y el diálogo de saberes con nuestros sujetos protagónicos y sujetas protagónicas (docentes, víctimas y familiares de víctimas de abuso policial y militar, policías) pues entendemos que “nadie se educa solo” y que todos y todas tenemos algo que aportar. Vale mencionar que a través de nuestro Programa de Educación, que llamamos, no por casualidad, “Programa de educación popular en Derechos Humanos” realizamos talleres participativos orientados a la reflexión, al diálogo y a la construcción colectiva de saberes que parten desde la cotidianidad de la gente. “La Red de Apoyo por la Justicia y la Paz ha sido, sin decirlo, una organización que ha abierto las dimensiones de Freire en los actos educativos en donde ha tenido la oportunidad de hacerlo. Basta mirar los procesos educativos para constatar que Freire está colocado allí, y nos ha proveído de un aprendizaje tremendo, a quienes hemos vivido como facilitadores o participantes en las actividades de la Red…”, señala el también activista de DDHH, Oscar Rodríguez
“Todos tenemos el deber de la esperanza”.
Paulo Freire