Activistas noviolentos de 32 países denunciaron el desplazamiento forzado y la violencia de las multinacionales en la conferencia de la Internacional de Resistentes a la Guerra (WRI-IRG), que se celebró en Gujarat Vidyapith esta pasada semana. WRI-IRG, Gujarat Vidyapith, Gujarat Sarvodaya Mandal y Sampoorna Kranti Vidyalaya han organizado conjuntamente una conferencia para explorar los vínculos entre militarimo, empresas que se lucran con la guerra, y los patrones de desarrollo que se siguen en todo el mundo hoy en día. Unos 175 participantes de 32 países estuvieron presentes en las reflexiones durante la semana.
Algo que resonó a través de toda la conferencia fueron los sorprendentes paralelismos que pueden verse por todo el mundo. Personas comprometidas en miles de luchas por todo el mundo descubren el vínculo irrefutable entre “desarrollo”, minería e industrialización, fabricación y comercio de armas, militarismo y compañías que se lucran de la guerra, por un lado, y desplazamiento, amenazas a los medios de subsistencia, ataque a las formas de vida tradicionales, y violencia de estado, por otro lado. Todo ello produce un incalculable sufrimiento a personas vulnerables, ya sean agricultores, jornaleros, obreros, indígenas, pescadores, o trabajadores ocasionales. Estas comunidades están por tanto forzadas a una lucha por la subsistencia. Esto no es sólo cierto en India sino también en todo el mundo, ya sea en Colombia o Paraguay en Sudamérica, Papua Occidental en el Océano Pacífico, o Congo o Eritrea en África.
Los participantes de Orissa presentaron una imagen del desplazamiento de las comunidades indígenas de diferentes lugares del estado provocado por la actividad minera, así como de la amenaza de destrucción medioambiental proveniente de Vedanta/Sterlite en las colinas de Niyamgiri, o de Hindalco en Kashipur, o de varias factorías de acero en Kalinganagar. La minería de la bauxita y la industria del aluminio ocupan una posición vital en el complejo militar-industrial. También tuvimos representantes de la República Democráticas del Congo (RDC), un país que ha sufrido más que cualquier otro el impacto de la minería, lo que ha alimentado el conflicto local e impactado sobre la subsistencia de mucha gente. Una de la mayores actividades mineras es la extracción del coltán, un mineral necesario para la producción de teléfonos móviles. Los niños y las niñas forman una parte importante de la mano de obra en la minería del coltán, y la lucha entre los diferentes grupos que extraen el mineral ha provocado crímenes terribles, contribuyendo a la crueldad del conflicto en el Congo.
Maguiorina Balbuena, representante de CONAMURI (la coordinadora regional de mujeres trabajadoras rurales e indígenas en Paraguay) relató el catastrófico impacto del negocio agrario sobre 70.000 agricultores. Todo el mundo es consciente de los más de 150.000 suicidios de agricultores en India durante la última década.
La continua espiral de violencia en Palestina, Jammu y Cachemira, Sudán, Eritrea, Iraq, Afganistán y otros muchos lugares por todo el mundo, golpea duramente a los vulnerables y a los desposeídos. Mientras que algo de esto recibe la cobertura de los medios corporativos, se ignora toda la serie de movimientos indígenas, noviolentos y descentralizados en todos estos lugares.
La población palestina, que afronta una ocupación brutal y asfixiante del ejército israelí desde hace décadas, está sometida a un sistemático esfuerzo para desalojarla de sus últimas tierras. Un ejemplo impactante de ello es el enorme muro -el así llamado “muro de separación- que construye Israel, serpenteando por los territorios palestinos ocupados, separando Cisjordania en dos partes, separando a los pueblos de las ciudades cercanas, separando a los agricultores de sus tierras: efectivamente, es un muro de separación.
Pero los habitantes de las localidades palestinas, cuyas vidas se ven afectadas por este muro, resisten, y resisten noviolentamente. En las localidades de Bil’in, Na’alin, Masha y muchas otras, se organizan persistentes protestas noviolentas. Estas poderosas y creativas acciones noviolentas atraen a activistas noviolentos de todo el mundo, Israel incluido, que participan regularmente en protestas.
Uno de los más destacados y creativos organizadores de estas acciones noviolentas, Mohammed Khatib, del Consejo Popular de la localidad de Bil’in, planeaba participar en nuestra conferencia, pero tuvo que cancelar su participación debido a que el ejército israelí había detenido a varios de sus compañeros en Bil’in. Hacia el final de la conferencia, nos enteramos de la detención y encarcelamiento del propio Mohammed Khatib, en medio de la noche, por parte de las fuerzas militares israelíes, intentando silenciar el disenso y la lucha popular.
Colombia y su conflicto de larga duración ha tenido impactos en todos los niveles de la sociedad colombiana. Activistas de este lugar hablaron en la conferencia sobre el trabajo de apoyo a las comunidades desplazadas por el conflicto, incluyendo el de los grupos urbanos trabajando con gente desplazada de las áreas rurales. El conflicto también ejerce una fuerte y específica presión sobre las mujeres, cuyos cuerpos son usados como un nuevo campo de batalla: son violadas y sufren todo tipo de humillaciones sexuales, como una medida de intimidación o represalia contra ellas o los hombres en sus comunidades.
Los gastos en fabricación y comercio de armas se desbocan en todo el mundo. Una considerable fracción del Producto Interior Bruto se gasta en ello, en detrimento de las personas.
La Internacional de Resistentes a la Guerra (WRI-IRG), fundada en 1921, es una red de 80 organizaciones miembros en unos 40 países. Todos estos grupos están comprometidos con la lucha noviolenta contra la guerra y el militarismo, y contra las injusticias que conducen a la guerra.