Desde hace varios años hemos venido llamando la atención por este y otros medios sobre la necesidad que tenemos los venezolanos de prestarle interés oportunamente a temas que tienen un gran impacto en el mediano y largo plazo, tal es el caso de la transición demográfica, en especial, el envejecimiento de la población y el tema pensional, jubilatorio y, en general, de la seguridad social. El comportamiento de la población venezolana durante los últimos 50 años presenta cambios sumamente importantes.

En nuestro país, desde finales del S.XIX hemos alimentado el mito de una población joven y de un maná petrolero que lo resuelve todo. La juventud venezolana sigue siendo una realidad innegable, pero ya aparecen los signos de una fuerte tendencia al envejecimiento. La tasa de sustitución de población tiende a aminorar y se acompaña de una mayor esperanza de vida al nacer. Por otra parte, la violencia callejera, los accidentes de todo tipo y el proceso migratorio se están encargando de dejar sin juventud a Venezuela.

Frente a estos fenómenos nada se hace. Ninguna medida previsiva. Para superar cualquier dificultad, presente o futura, tenemos la renta petrolera que, para algunos, se piensa infinita. Así hemos acostumbrado a la población a obtener las cosas con el mínimo esfuerzo bajo un argumento completamente falaz de redistribución de riqueza, simplemente, mediante gasto público, ya que no se puede distribuir lo que no se produce. Se nos está enseñando a vivir en una falsa ilusión A la población se le ofrecen bienes y servicios a un precio por debajo del costo de producción y el diferencial lo paga el Estado vía subsidios. Los productos son comprados por el Estado en el exterior a precios internacionales y vendidos en el país por debajo de ese precio, el cual, a su vez, es superior al que podría obtenerse con producción criolla.

En nuestro fuero interno nos preguntamos.¿Qué pasará en Venezuela cuando nos bajemos de la nube en la que hemos estado viviendo estos años bajo el engaño de una renta petrolera para algunos infinita? ¿Cuándo conozcamos el verdadero valor de las cosas que consumimos? En reciente artículo de prensa el Dr.Aníbal Romero, politólogo, alertaba, magistralmente, sobre el tipo de conducta que en el mundo se ha ido configurando. Una ciudadanía a la que se le forma haciéndole creer que sólo tiene derechos, no deberes; y, por consiguiente, todo lo que requiera se le debe gratuitamente, sin esfuerzo alguno. No hay duda que estamos construyendo un polvorín.

Volviendo al tema inicial de la relación envejecimiento-pensiones, alertamos que la situación venezolana puede tornarse grave en el mediano y corto plazo. El XIV Censo de Población que se llevará a cabo en Venezuela, si se realiza correctamente y la población suministra la información con objetividad y verazmente, sobre lo que existe un gran temor debido a la cantidad de amenazas proferidas por los entes gubernamentales, nos dará un nuevo retrato de Venezuela, muy distinto al que hemos conocido hasta ahora.

Según las proyecciones de población que hace el Instituto Nacional de Estadísticas sobre la base de los resultados censales del año 2001, Venezuela se acerca, en el año 2011, a los treinta millones de habitantes (29.301.996). De este total poblacional, el 5,8%, es población mayor de 65 años de edad, cuando en el año 1950, el porcentaje escasamente llegaba a un 2%.Por la esperanza de vida al nacer, este sector de población es el que puede presentar un ritmo de crecimiento mayor. Si relacionamos estas cifras con las de afiliados y pensionados por vejez y otras modalidades pensionales del IVSS y de otras instituciones (Misión Negra Hipólita, Asignaciones Económicas INASS, pensiones de gracia a edades tempranas) y con todos los regímenes jubilatorios existentes, nos encontramos con una situación que requiere la adopción de medidas inmediatas si no queremos estallar como en un polvorín.

El IVSS tiene, en la actualidad, 4.300.000 afiliados aproximadamente. Tiene, a su vez, en su nómina, en cifras redondas, cerca de 1.900.000 pensionados (1.844.921), es decir, el 44,18%, de los activos, lo que da una relación activos/pasivos de un poco más de dos afiliados activos por cada pensionado; pero, la situación es más grave aun, resulta que la pensión por vejez del IVSS se obtiene a partir de los 55 años de edad (mujeres) y de 60 años (hombres) y, Venezuela, cuenta en la actualidad, con 2.647.400, personas mayores de 60 años, lo que quiere decir que dentro de muy poco la población mayor de 60 años estará pensionada por el IVSS o por otras vías, lo que resulta altamente positivo y favorable, casi un régimen de pensión mínima vital, sin proponérselo nadie y si las cifras son ciertas, pero esta belleza será cierta sí y sólo sí cuando se disponga de un Fondo con las reservas técnicas, matemáticas, que permitan garantizar en el tiempo el pago de ese pasivo social, caso contrario, estallaremos como un barril de pólvora..

No olvidemos que, también, las pensiones del IVSS, son de financiamiento fiscal, al igual que todos los demás conceptos pensionales. La seguridad social es en extremo sensible y refractaria a los cambios. Una medida, por ejemplo, restrictiva del pago de las pensiones, lo que puede ocurrir en cualquier momento, consecuencia directa de una reducción de los recursos fiscales, haría temblar el país por sus cuatro costados. No hay por qué esperar que ese fatídico momento llegue. La decisión es hoy, no mañana.

Profesor Absalón  Méndez Cegarra

08.08.2011

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