Por las redes de grupos de mujeres circula una denuncia de violencia obstétrica en el Hospital Universitario Antonio Patricio de Alcalá de Cumaná (HUAPA).
“Día a día se violenta a las mujeres en trabajo de parto y se pone en riesgo la vida de la madre y la de los (sic) bebés. Además de la violencia obstétrica, nos encontramos con violencia institucional, los neonatos (sic) están falleciendo y no hay manera de que se pongan en práctica acciones para solucionar estos terribles problemas.”
«Este es un llamado de conciencia que le hacemos las mujeres, madres, amigas que día a día nos dirigimos al Hospital de Cumaná a traer una vida a este mundo”.
La denunciante se hace preguntas sobre los insultos, mofas y agravios que reciben en el momento del parto, tales como: “puja que vas a ser la asesina de tu hijo, quién te manda a salir embarazada, ay, te vas a reventar sola porque nosotras vamos a dormir y otras barbaridades dichas por parte de las enfermeras y doctoras.”
La misma denunciante da otros ejemplos de maltrato y afirma que “la sala de parto de hospital de Cumaná parece un infierno por todas las cosas que suceden allí”.
AQUÍ NO SE GRITA
¡Aquí te callas! Resulta muy conveniente reseñar la denuncia de una usuaria de Cumaná. Los casos de violencia obstétrica son poco denunciados a pesar de su recurrencia. Sabemos que se ha hecho muy poco para que este acontecimiento violento deje de ser parte de la memoria de parto de las mujeres.
Se pensó que las nuevas generaciones vivirían esta experiencia de manera gratificante, que recibirían buen trato junto a las alternativas que se les ofrecerían, parto vertical, parto en agua, parto acompañado y otras modalidades que contempla el parto humanizado. No ha sido así, a pesar de que la violencia obstétrica fue incluida en el instrumento jurídico, Ley orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia (LOSDMAVLV) 2007.
El art.7 de la misma, no se ha cumplido: “El Estado, con la activa participación de la sociedad, debe garantizar programas permanentes de educación y prevención sobre la violencia de género.” También constituye una deuda la formación del personal de salud para una atención médica respetuosa y humanizada en las escuelas de medicina y enfermería; si ha habido intentos, digamos que no se nota.
Lamentablemente y por descontado, en los relatos de las mujeres que han estado en la sala de partos prevalecen los sentimientos de indefensión. Así se desarregla la imagen idílica del proceso de parto y se perfila un acto de castigo; sin embargo, el imaginario social no incorpora claramente el trato violento y, de esta manera, no se prepara convenientemente a las mujeres para que puedan defenderse ante el discurso y la acción violenta, y menos, exigir con antelación un protocolo de trato digno, desde el conocimiento de los derechos para desnaturalizar la violencia obstétrica y asumirla como lo que es, un delito.
El maltrato en el parto es vox populi generacional que no termina de asimilarse. Es una especie de negación que va de la mano con el “no puede ser y no lo quiero creer”.
Al analizar los silencios de las mujeres en relación a la experiencia violenta vivida en la sala de parto de un hospital, se considera que uno de los principales motivos es la situación nueva y comprometida que representa la maternidad. Supuestamente, esta nueva realidad le permite “obviar”, dejar a un lado lo ocurrido, postergar la denuncia o finalmente “olvidarla”, en un contexto rodeado de dudas, las que se generan de las pocas posibilidades de una respuesta adecuada ante cualquier tipo de denuncia. Se habla de que la compensación de tener un bebé en brazos permite pasar la página.
ESTÁ PROHIBIDO
Desde el año 2012 está explícitamente prohibido el uso de biopolímeros y otras sustancias inyectables para uso estético; sin embargo, clandestinamente siguen usándose, y siguen enfermándose personas por la migración a otras partes del cuerpo de la sustancia inyectada; y siguen ocurriendo decesos. En 2013, Últimas Noticias descubrió cinco clínicas clandestinas en Caracas.
Alberto Contreras o Gabriela, un joven trans, murió hace dos semanas en Caracas, a causa de la aplicación de una sustancia llamada “silicón colombiano”. Fue inyectado en los glúteos en su propia casa y falleció en el hospital Pérez Carreño.
Muchos carteles se exhiben en establecimientos del ramo de cosmetología y peluquería, al igual que los que prohíben las armas y el racismo. Quizás habría que hacer otras cosas para la efectividad de las tres prohibiciones.
RAPTADAS
Seguimos sin buenas noticias sobre de las niñas nigerianas raptadas hace casi tres meses en una escuela de Chibok, por el grupo radical islamista Boko Haram, quien además, ha seguido con los secuestros, incluyendo el de la esposa del viceprimer ministro de Camerún, uno de los principales negociadores de los secuestros.
Antes de las «niñas de Chibok» hubo miles de niñas y niños arrebatados de sus familias para ser convertidos en soldados o esclavas sexuales en las milicias del centro de África, donde convergen Uganda, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo (RDC).
Grace fue una de las «niñas de Aboke». Un grupo de 139 escolares de un prestigioso internado regentado por monjas italianas, fueron secuestradas en el norte de Uganda en 1996. Al día siguiente liberaron a 109, gracias a las negociaciones de una de las monjas, pero las otras 30 quedaron años retenidas.
Grace logró escapar en 2004, “se perdió en la espesura, con la espalda cargada de torturas, hambre, violaciones y dos hijos del comandante Kenneth Banya, al que entregaron como esposa: uno muerto a los cuatro años en un ataque del Ejército ugandés y una niña viva, Mercy, de 13 meses.”
Durante 8 años permaneció bajo el poder de Kony, jefe de la guerrilla ugandesa, Ejército de Resistencia del Señor (LRA). Hoy día continúa con el secuestro de niños y niñas para incorporarlos a su organización armada, no sólo en su país natal, sino sobre todo en los países fronterizos. Prácticamente, todas las niñas secuestradas son violadas o casadas a la fuerza con soldados de la LRA.
La chica ugandesa, Grace, tiene un mensaje desgarrador para las niñas nigerianas: «Sé que están sufriendo, pero deben ser pacientes. Seguir vivas es lo más importante”. «No deben preocuparse por las torturas que inflijan a sus cuerpos, deben mantenerse fuertes para lo único que importa: volver a casa y con sus padres».
Sus reflexiones desde la experiencia del cautiverio también son igualmente desgarradoras: «Llega un punto en que, cuando estás segura de que no hay salida, tienes que encontrar la manera de vivir de esa forma».
Kony, es perseguido por la Corte Penal Internacional por haber matado, torturado y secuestrado a decenas de miles de personas, sin embargo, Grace cuenta que acudían a él, no solo sus fieles, sino también las niñas. «Algunas de nosotras íbamos para obtener consejos, a preguntarle y para que nos escuchara».
Y PARA TODAS LAS MUJERES INTENSAS…
Yo solía pensar que era la persona más extraña en el mundo, pero luego pensé, hay mucha gente así en el mundo, tiene que haber alguien como yo, que se sienta bizarra, dañada de la misma forma en que yo me siento. Me la imagino e imagino que ella también debe estar por ahí pensando en mí, bueno, yo espero que si tú estás por ahí y lees esto sepas que, sí, es verdad, yo estoy aquí, soy tan extraña como tú.
Frida KHALO
PARA INFORMACIÓN Y DENUNCIAS
Línea nacional (O8OO-MUJERES) 0800-6853737
Casa de la Mujer Juana Ramírez “La Avanzadora” – Maracay
(Fundada en 1985)
Programa de Atención a Mujeres en situación de violencia
De lunes a jueves de 8 a 12 y de 1 a 5 p.m.
Viernes de 8 a 12 y de 1 a 4 p.m.
CEDIAR -Centro de Documentación e Información “Aída Arroyo”.
Servicios: lunes a jueves de 1,30 a 5 pm –
Directorio: Órgano Divulgativo de la Casa de la Mujer Juana Ramírez “La Avanzadora” C/ López Aveledo Norte No. 11. Urb. Calicanto. Aptdo. Correos 2028. Telefax. 0243- 2463796 Correo E:[email protected] .
No. 889 Año XXIII 30/7/2014
Publicado en www.elsiglo.com.ve