Los derechos humanos son un conjunto de derechos y libertades inherentes a la persona y su dignidad, que el Estado, su gobierno y sus instituciones deben respetar y garantizar a todas las personas por igual, sin distingo de raza, sexo, color, opinión política, nacionalidad, religión, nivel socio-económico, orientación sexual o cualquier otra condición.
Se ejercen en la vida cotidiana, son indivisibles e interdependientes, pues ningún derecho es más importante que otro. Por ello existe el derecho humano a la vida, a la integridad personal, a la justicia y a la reparación, a la salud, a la alimentación, derecho a la educación, al medio ambiente, entre otros.
Otro concepto muy ligado a la promoción de los derechos humanos es la paz, la cual está relacionada con la no violencia, la justicia, el respeto por el otro, la tolerancia. Por lo que cada uno de nosotros es responsable de lograrla y mantenerla.
La paz no es sólo prevenir la guerra, está en nuestra vida diaria, cuando reconocemos al otro como una persona igual a nosotros; cuando lo escuchamos y respetamos; aceptamos su punto de vista diferente y no por ello lo agredimos o lastimamos.
La protección de los derechos implica salvaguardar y garantizar las condiciones mínimas necesarias que requiere todo ser humano. Cuando esto no sucede se denomina “violación a los derechos humanos”.
Cuando denunciamos agresiones o abusos de autoridad por parte de los cuerpos de seguridad del Estado o algún agente estatal, estamos denunciando un caso de violación a los derechos humanos.
Cuando exigimos un mejor sistema de salud, o mejores escuelas, respeto a los derechos de los niños, niñas y adolescentes, de los ancianos o de las personas con discapacidad, allí estamos contribuyendo a la promoción y exigiendo la garantía de los derechos humanos.
El silencio o la indiferencia suelen ser cómplices de la impunidad, la denuncia es muy importante, es el primer paso hacia la justicia.
Para denunciar, se puede acudir al Ministerio Público o Fiscalía, a la Defensoría del Pueblo y también a las oficinas del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas.
También existen organizaciones no gubernamentales de derechos humanos, como Cofavic, donde se brinda atención jurídica y psicológica gratuita, así como un acompañamiento integral a las víctimas y sus familiares.
Luego de una violación de DDHH
En casos de violaciones de derechos humanos es necesario que exista una política de reparación integral a las víctimas y sus familiares. Estas iniciativas deben ser impulsadas desde el Estado e involucrar a toda la sociedad en general.
En este sentido la Corte Interamericana ha establecido cinco dimensiones en las que el tema de reparaciones debe desarrollarse, entre ellas: la restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición.
En algunos casos de violaciones de derechos humanos puede aplicarse el primer principio de restitución, el cual implica restablecer los derechos de las víctimas a su situación previa. Esto se aplica en casos en los que se puedan restituir los derechos violados.
En cuanto a la indemnización, el Estado está obligado a brindar una compensación monetaria por daño y perjuicios en estos casos, esto se ha visto reflejado en sentencias emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, como lo es la sentencia del Caracazo (2002), caso Blanco Romero y otros (desapariciones forzadas en Vargas durante vaguada de 1999), Retén de Catia (2006) y la más reciente del caso de la familia Barrios del estado Aragua, víctima de ejecuciones extrajudiciales (2011).
En todos estos casos la Corte Interamericana ha establecido una indemnización a los familiares de las víctimas. Para ellos lo material no devolverá a la persona que ha muerto, desaparecido o que ha sido víctima de violaciones de derechos humanos, pero representa uno de los deberes que el Estado debe cumplir en estos casos por los daños y consecuencias de estas situaciones.
La rehabilitación implica atención legal o jurídica, psicológica y médica a familiares de víctimas de violaciones de derechos humanos que permita que puedan sobrellevar el duelo producido por la pérdida o desaparición de un ser querido y poder continuar con su desenvolvimiento en la sociedad.
Las medidas de satisfacción constituyen medidas de reconocimiento por parte del Estado de las violaciones de derechos humanos, a través de actos públicos.
Y finalmente, las garantías de no repetición involucran un compromiso por parte del Estado a que violaciones de derechos humanos no vuelvan a suceder, lo cual se implementa a través de la capacitación de funcionarios policiales de acuerdo con estándares internacionales de derechos humanos, adecuación de las leyes, entre otros.
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