Discriminación en Venezuela? Pues si la hay y con dimensiones muy preocupantes en algunos casos. Existe por lugar de residencia, opinión política, orientación sexual, género, situación de discapacidad y otras. Es muy frecuente escuchar en sectores de clase media el señalamiento que las personas que viven en los barrios de nuestras ciudades son una “chusma” “personas de mal vivir” y otras expresiones con las cuales se desprecia, subestima y ofende a un importante sector de la población del país.
La homofobia, el rechazo a las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros está bastante arraigada en la sociedad venezolana. La burla, la descalificación permanente y la subestimación de sus capacidades es frecuente. Además, en ocasiones la orientación sexual es el factor principal para no otorgarles un empleo.
Las personas con alguna discapacidad sufren igualmente de discriminación frecuente. Además la infraestructura del país no está adecuada para facilitar el desplazamiento por espacios públicos y privados y para garantizar que se puedan desenvolver en diferentes ámbitos. Hay que reconocer, sin embargo, que en la última década tanto en lo formal jurídico como con algunas medidas concretas se ha logrado dar mayor oportunidad de trabajo
La discriminación política es una de las más arraigadas actualmente y en los próximos meses se pudiese intensificar como consecuencia del proceso electoral. En entes o empresas del Estado es conocida la situación de despedir a trabajadores y trabajadoras porque tienen una opinión crítica o de rechazo al gobierno nacional o a algún gobierno estadal. La semana pasada fue ampliamente difundido el despido de PDVSA de la periodista Egilda Gómez, por ser esposa del también periodista y dirigente político Vladimir Villegas. Conocemos varios casos de despidos tanto en ministerios como en gobernaciones y alcaldías por defender una idea política.
La lucha contra la discriminación deber ser una labor día a día. Y una condición esencial para avanzar y lograr igualdad de oportunidades para que todas y todos disfrutemos de los derechos es garantizar un clima de tolerancia. Implica ser capaz aceptar la diversidad en la estructura social y en nuestras las relaciones sociales.