El pasado 24 de febrero la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dictó una sentencia que constituye un precedente histórico para el colectivo de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero (LGBT) en toda América, para avanzar en la lucha contra la discriminación y por la igualdad de oportunidades.

 

La CIDH concluyó que la Corte Suprema de Chile había actuado de manera discriminatoria y en contra de la Convención Americana sobre Derechos Humanos al negar a Karen Atala el derecho de custodia de sus tres hijas, en razón de que Atala es lesbiana y vive con una pareja del mismo sexo.

 

La justicia chilena sentenció en 2004 concediendo la custodia de las hijas al padre. Basó su decisión en una serie de prejuicios por la sola orientación sexual de la madre.

 

La CIDH determinó que esta conclusión no estaba basada en evidencias claras, sino en argumentos abstractos y discriminatorios derivados de estereotipos que violaban los derechos de igualdad ante la ley y a no ser discriminado/a, los cuales se establecen en los artículos 24 y 1.1 de la Convención Americana, respectivamente.

 

El organismo internacional estableció, asimismo, que al discriminar a la madre en función de su orientación sexual, la decisión de la Corte Suprema había también lesionado a las hijas y vulnerado su derecho a protección sin discriminación.

 

Agregó además la Corte Interamericana que: un derecho que le está reconocido a las personas no puede ser negado o restringido a nadie y bajo ninguna circunstancia con base en su orientación sexual. Los Estados deben abstenerse de realizar acciones que de cualquier manera vayan dirigidas, directa o indirectamente, a crear situaciones de discriminación de iure o de facto.

 

Los Estados están obligados a adoptar medidas positivas para revertir o cambiar situaciones discriminatorias existentes en sus sociedades, en perjuicio de determinado grupo de personas. Esto implica el deber especial de protección que el Estado debe ejercer con respecto a actuaciones y prácticas de terceros que, bajo su tolerancia o aquiescencia, creen, mantengan o favorezcan las situaciones discriminatorias.

 

También exigió al gobierno chileno que pagase una indemnización a Atala. “Se trata de una sentencia emblemática para la región, ya que la Corte Interamericana aclaró por primera vez que la orientación sexual y la identidad de género son categorías protegidas contra la discriminación por la Convención Americana bajo la denominación ‘otra condición social’, señaló Boris Dittrich, director de Incidencia del Programa de Derechos de LGBT de Human Rights Watch.

 

Con esta sentencia la Corte ratificó el importante papel que desempeña en el continente al promover y defender los derechos humanos. Si bien todas las instituciones y mecanismos distan mucho de ser los más idóneos, la voluntad de fortalecerlos y mejorarlos es diferente a cierta matriz de opinión que intenta deslegitimarlos para crear una institucionalidad discrecional y paralela, con el cual la posible protección a los derechos humanos experimente un salto al vacío.

 

Cada una de las conquistas en materia de dignidad humana son resultados de esfuerzos humanos, luchas y tensiones. Para afrontar los retos pendientes hay que reconocer el camino andado, desechando cierta soberbia que pretende que la historia, con mayúsculas, comienza a partir de uno.

 

Si bien los organismos de protección internacional, como la propia Corte y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pueden haber cometido errores a lo largo de su trayectoria, lo cierto es cualquier balance jerarquiza los ingentes aportes en materia de derechos humanos en la región.

 

En el caso venezolano, no se puede olvidar que las decisiones de la Corte fueron decisivas en la lucha contra la impunidad en los crímenes de la década de los 80, en un contexto en el que las demandas de justicia en casos como el Caracazo o la Masacre de El Amparo, eran a contracorriente.

 

Por ello, cualquier política responsable, lejos de ridiculizarlos y desconocerlos, debe apuntar a mejorarlos y fortalecerlos. Los resultados, como en el reciente caso chileno, estarán a la vista.

 

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