La semana pasada, mientras se realizaba uno de los planes de la actual administración, en el Centro Penitenciario de Aragua, mejor conocido como “Tocorón”, se produjo un enfrentamiento en el área de Talleres, que arrojó como saldo dos reclusos asesinados que respondían a los nombres de Junior Duque (22), caraqueño, quien murió tras recibir varias puñaladas en diferentes partes del cuerpo, se encontraba cumpliendo una condena de cinco años de prisión.
El interno deja huérfanos a cuatro hijos.
Su madre expuso que “eso sucedió en el momento que estaba la ministra Iris Varela en el penal, y mi hijo recibió las puñaladas por un problema. Si mi hijo tenía la posibilidad de seguir vivo nunca se sabrá”.
Por otro lado, se conoció que el mismo día otro reo perdió la vida tras recibir un impacto de bala en la cabeza, y también fue trasladado a la Medicatura Forense.
Lamentablemente la administración de Iris Varela no ha podido, no ha encontrado ponerle fin a esta deprimente situación, solo siguen haciendo política barata para resolver la problemática.
Son vidas humanas que se pierden bajo la actual administración, cuándo van a comprender que cuando privan de libertad a un ser humano, no pierden sus derechos y ahora con estos planes de seguridad, subirá y muchísimo más la población reclusa.
Todos los reclusos deben ser tratados con el respeto que merecen su dignidad y valor inherentes al ser humano, el personal encargado de la seguridad de las cárceles debe cumplir con sus obligaciones en cuanto a la custodia de los reclusos y la protección de la sociedad contra el delito, de conformidad con lo establecido en las normas del Estado e internacionales.
Su responsabilidad fundamental es la de promover el bienestar y el desarrollo de todos los miembros de la sociedad carcelaria, todos los reclusos tienen derecho a participar en actividades culturales, educativas, laborales y deportivas encaminadas a desarrollar plenamente la personalidad humana.
Ahí exactamente reside el gran error, todos no participan por no poner en riesgo su vida, en nuestras cárceles hay un principio y es que a los presos no les gusta mucho andar girando de arriba hacia abajo, y como quien manda en las cárceles son los grupos armados que controlan todo, y quien no cumpla o como dicen en ese medio carcelario, quien se come la luz se muere, y mire que se mueren.
Lo antes mencionado con los dos asesinatos de Tocorón, solo es advertencia, el gran problema es que la ministra no pone el oído en el pueblo preso, solo le gusta salir en fotos, diciendo lo que está haciendo, pero como ella misma ha dicho, este problema es estructural, no para las emergencias que aplican, si vas a un penal, a ver cómo es el trabajo que hacen los presos, te encuentras que en los talleres solo te trabajan 7, 9 o 12 internos y son los únicos que se encuentran uniformados, en penales específicos. (TalCual, 11.06.13)